Resumen – Introducción: la bacteriuria asintomática (BA) es una patología frecuente en la población gestante debido a una serie de cambios en el aparato urinario, estos factores pueden ocasionar complicaciones como pielonefritis, amenaza de aborto y de parto pretermino. Metodología: se realizó una revisión bibliográfica en las bases de datos PubMed, The Cochrane Library Plus, UpToDate desde septiembre del 2021. Se revisaron e incluyeron guías de práctica clínica nacionales e internacionales, artículos de revisión sistemática, estudio de cohortes retrospectivo, estudios descriptivos, estudios transversales y estudios observacionales publicados entre los años 2016-2021 en idioma inglés y español.
Conclusión: en práctica cotidiana es común encontrar esquemas terapéuticos con antibióticos o dosis no recomendados, favoreciendo la aparición de cepas bacterianas resistentes, complicaciones, cuadros más severos y difíciles de resolver, por lo tanto, el médico deberá estar actualizado respecto al manejo clínico terapéutico.
Palabras clave: Bacteriuria asintomática; bacteriuria; infección del tracto urinario; el embarazo; tratamiento; pielonefritis; cistitis. Summary In troduction: asymptomatic bacteriuria (AB) is a frequent pathology in the pregnant population due to a series of changes in the urinary system; these factors can cause complications such as pyelonephritis, threatened miscarriage and premature delivery.
- Clinically, there are no specific signs or symptoms, so the Infectious Diseases Society of America suggests performing a culture early in pregnancy.
- In addition to timely diagnosis, a large part of successful management is adequate pharmacological and non-pharmacological treatment.
- Objectives: To describe the current treatment in pregnant patients with asymptomatic bacteriuria and guide medical decision-making.
Methodology: a bibliographic review was carried out in the databases PubMed, The Cochrane Library Plus, and UpToDate since September 2021. National and international clinical practice guidelines, systematic review articles, retrospective cohort study, descriptive studies, cross-sectional studies and observational studies published between the years 2016-2021 in English and Spanish were included.
Conclusion: in daily practice it is common to find therapeutic regimens with certain antibiotics or doses that are not recommended, favoring the appearance of resistant bacterial strains and more complications; therefore, physicians must be updated regarding the therapeutic clinical management recommended by relevant health authorities.
Keywords: Asymptomatic bacteriuria; bacteriuria; urinary tract infection; pregnancy; treatment; pyelonephritis; cystitis.
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¿Qué es la bacteriuria asintomática en el embarazo?
Duración del tratamiento para la bacteriuria asintomática durante el embarazo La bacteriuria asintomática es una infección urinaria (sin síntomas) frecuente en el embarazo. Si no se trata puede provocar pielonefritis (infección del riñón). Se recomienda el tratamiento con antibióticos.
Esta revisión intentó identificar si los tratamientos antibióticos con dosis única son tan efectivos como los tratamientos más prolongados para los resultados maternos y neonatales. En general, el riesgo de sesgo de los ensayos incluidos en esta revisión fue en gran medida incierto. La calidad general de la evidencia se evaluó mediante los criterios GRADE.
La revisión de 13 estudios, en los que participaron más de 1622 mujeres, encontró que un régimen de siete días es más efectivo que un ciclo de un día, especialmente para el resultado del bajo peso al nacer ( evidencia de calidad alta ), pero este resultado se basa en un solo estudio.
No hubo diferencias claras entre una dosis única y un ciclo corto de antibióticos de cuatro a siete días para otros resultados de la revisión, incluida la infección renal ( evidencia de calidad muy baja ) y el parto prematuro ( evidencia de calidad moderada ). Las mujeres con un régimen de dosis única informaron menos efectos secundarios ( evidencia de calidad baja ).
Se necesitan más ensayos para confirmar cuál es la mejor duración del tratamiento para las mujeres y los recién nacidos. Conclusiones de los autores: Un régimen de una sola dosis de antibióticos puede ser menos efectivo que un régimen de corta duración (de cuatro a siete días), pero se necesita más evidencia de ensayos amplios que midan resultados importantes, como la tasa de curación.
- Las mujeres con bacteriuria asintomática durante el embarazo se deben tratar con el régimen estándar de antibióticos hasta que haya más datos disponibles que prueben los regímenes de siete días en comparación con los de tres o cinco días.
- Leer el resumen completo Una revisión sistemática Cochrane ha demostrado que el tratamiento farmacológico de la bacteriuria asintomática en las embarazadas disminuye significativamente el riesgo de pielonefritis y reduce el riesgo de parto prematuro.
Sin embargo, no está claro si el tratamiento con dosis única es tan efectivo como el tratamiento convencional de mayor duración con antibióticos. Evaluar los efectos de diferentes duraciones del tratamiento para la bacteriuria asintomática durante el embarazo.
Se hicieron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (31 de agosto 2015) y en las listas de referencias de los artículos identificados. Ensayos aleatorizados y cuasialeatorizados que compararon regímenes terapéuticos antimicrobianos de diferente duración (especialmente regímenes con dosis únicas comparados con regímenes de mayor duración) en embarazadas con diagnóstico de bacteriuria asintomática.
Obtención y análisis de los datos: Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para la inclusión y el riesgo de sesgo, extrajeron los datos y verificaron su exactitud. La calidad de la evidencia se evaluó con los criterios GRADE.
- Se incluyeron 13 estudios con 1622 mujeres.
- Todas las comparaciones incluyeron tratamiento con dosis única versus tratamientos de cuatro a siete días.
- El riesgo de sesgo de los ensayos incluidos en esta revisión fue en gran medida incierto, y en su mayoría los ensayos tuvieron alto riesgo de sesgo de realización.
La calidad de la evidencia se evaluó mediante el enfoque GRADE. Cuando se utilizó cualquier agente antibiótico, la tasa de “no curación” de la bacteriuria asintomática en las embarazadas fue ligeramente inferior para el tratamiento de corta duración en comparación con el tratamiento de dosis única, aunque hubo evidencia de heterogeneidad estadística (riesgo relativo promedio 1,28, intervalo de confianza del 95%: 0,87 a 1,88; 1502 mujeres, 13 estudios; I² = 56%; evidencia de calidad muy baja ).
Los datos de los ensayos de buena calidad también mostraron mejores tasas de curación con regímenes cortos (de cuatro a siete días) del mismo agente microbiano (RR promedio 1,72, IC del 95%: 1,27 a 2,33; 803 mujeres, dos estudios; I² = 0%; evidencia de calidad alta ). No hubo diferencias claras en la tasa de recurrencia de la bacteriuria asintomática entre los grupos de tratamiento y control si se utilizaron los mismos agentes microbianos, o si fueron diferentes (RR 1,13; IC del 95%: 0,77 a 1,66; 445 mujeres, ocho estudios; I² = 0%; evidencia de calidad muy baja ).
Se detectaron diferencias para los recién nacidos con bajo peso al nacer que favorecieron el tratamiento corto (de cuatro a siete días) del mismo agente microbiano, aunque los datos provienen de un solo ensayo (RR 1,65; IC del 95%: 1,06 a 2).57; 714 mujeres; evidencia de calidad alta ), pero no se observaron diferencias para el parto prematuro (RR 1,17, IC del 95%: 0,77 a 1,78; 804 mujeres; tres estudios; I² = 23%; calidad moderada ) o la pielonefritis (RR 3,09, IC del 95%: 0,54 a 17,55; 102 mujeres; dos estudios; I² = 0%; evidencia de calidad muy baja ).
- Por último, el tratamiento de dosis única de cualquier agente microbiano se asoció con una disminución de los informes de “cualquier efecto secundario” (RR 0,70; IC del 95%: 0,56 a 0,88; 1460 mujeres, 12 estudios; I² = 9%; evidencia de calidad baja ).
- La calidad de la evidencia se disminuyó debido a las preocupaciones con el riesgo de sesgo en los ensayos que aportaron datos, y a las estimaciones imprecisas del efecto (intervalos de confianza amplios que cruzan la línea de ningún efecto y, en algunos casos, estudios pequeños con pocos eventos).
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¿Cuándo se trata una bacteriuria asintomática?
La bacteriuria asintomática (BA) es un hallazgo frecuente, que no requiere tratamiento en todos los casos. Se debe realizar cribado y tratamiento en el embarazo, antes de procedimientos urológicos y si persiste la bacteriuria después de la retirada de la sonda vesical (48 horas) en mujeres.
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¿Qué pasa si hay bacterias en la orina y estoy embarazada?
El 5-10% de las mujeres gestantes presenta infección de orina, siendo la causa de ingreso hospitalario de las embarazadas, pues las complicaciones, aun cuando no se presentan síntomas, pueden ser importantes: desarrollar una pielonefritis (infección renal), que el parto pueda ser prematuro y que el neonato presente bajo peso al nacer.
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¿Qué bacteria causa bacteriuria asintomática?
Antibióticos Para La Bacteriuria Asintomática | Revista Médica Clínica Las Condes Resumen Antecedentes La bacteriuria asintomática se detecta habitualmente en mujeres de hasta 60 años de edad, pacientes con diabetes y personas de edad avanzada. El efecto beneficioso del tratamiento con antibióticos para esta afección es polémico.
Objetivos Evaluar la efectividad y la seguridad del tratamiento con antibióticos para la bacteriuria asintomática en adultos. Los objetivos específicos fueron evaluar 1) la efectividad de los antibióticos para prevenir el desarrollo de la IU sintomática, las complicaciones relacionadas con la IU, la mortalidad general, la mortalidad relacionada con la IU y la resolución de la bacteriuria; 2) el desarrollo de resistencia al tratamiento con antibióticos mediante la comparación de la resistencia de las bacterias que crecen en la orina, antes y después del tratamiento; y 3) la frecuencia de los eventos adversos.
Estrategia de búsqueda Se realizaron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Riñón ( Cochrane Renal Group ) hasta el 24 febrero 2015, mediante contacto con el coordinador de búsqueda de ensayos, utilizando términos de búsqueda relevantes para esta revisión.
Criterios de selección Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios (ECA) y cuasialeatorios que compararon antibióticos con placebo o ningún tratamiento para la bacteriuria asintomática en adultos. Los resultados de interés fueron desarrollo de infección urinaria (IU) sintomática, complicaciones, muerte, cualquier evento adverso, desarrollo de resistencia a los antibióticos, curación bacteriológica y disminución de la función renal.
Obtención y análisis de los datos Dos autores extrajeron los datos de forma independiente y evaluaron la calidad de los estudios. Para realizar los análisis estadísticos se utilizó el modelo de efectos aleatorios y los resultados se expresaron como cocientes de riesgos (CR) con intervalos de confianza (IC) del 95%.
Resultados principales Se incluyeron nueve estudios (1614 participantes) en esta revisión. La IU sintomática (CR 1.11; IC del 95%: 0.51 a 2.43), las complicaciones (CR 0.78; IC del 95%: 0.35 a 1.74) y la muerte (CR 0.99; IC del 95%: 0.70 a 1.41) fueron similares entre los brazos de antibiótico y placebo o ningún tratamiento.
Los antibióticos fueron más eficaces para la curación bacteriológica (CR 2.32; IC del 95%: 1.11 a 4.83) pero también se presentaron más eventos adversos en este grupo (CR 3.77; IC del 95%: 1.40 a 10.15). No se observó una disminución en la función renal entre los estudios; hubo datos mínimos disponibles sobre la aparición de cepas resistentes después del tratamiento antimicrobiano.
Los estudios incluidos fueron de calidad media y alta, utilizaron tratamientos diferentes con duraciones diferentes del tratamiento y del seguimiento, en diferentes poblaciones, pero lo anterior no pareció influir en los resultados de la revisión. Conclusiones de los autores No se observaron diferencias entre antibióticos versus ningún tratamiento para la bacteriuria asintomática con respecto al desarrollo de IU sintomática, complicaciones o muerte.
Los antibióticos fueron superiores a ningún tratamiento para la curación bacteriológica, pero con significativamente más eventos adversos. En los estudios incluidos en esta revision no hubo efectos clínicos beneficiosos de tratar la bacteriuria asintomática.
Resumen en términos sencillos Tratamiento con antibióticos para la bacteriuria asintomática El crecimiento de bacterias en la orina sin molestia alguna (bacteriuria asintomática) se detecta con frecuencia mujeres de hasta 60 años de edad, y en pacientes con diabetes y de edad avanzada. No está claro si el tratamiento con antibióticos para esta afección tiene efectos beneficiosos en personas adultas no embarazadas.
En esta revisión se incluyeron nueve estudios de calidad moderada a alta que reclutaron 1614 participantes institucionalizados o ambulatorios, asignados a tratamiento antibiótico o placebo / ningún tratamiento para tratar la bacteriuria asintomática con duraciones diferentes del tratamiento y del seguimiento.
Las pruebas están actualizadas hasta febrero 2015. No se encontraron efectos clínicos beneficios del tratamiento con antibióticos. Los antibióticos erradicaron el crecimiento de las bacterias en más participantes, pero, con el inconveniente de que hubo más eventos adversos que en los grupos ningún tratamiento.
Antecedentes Descripción de la condición La prevalencia de la bacteriuria asintomática varía según la edad, el sexo, la actividad sexual y la presencia de anomalías genitourinarias. La bacteriuria asintomática se detecta con frecuencia en mujeres de hasta 60 años de edad en una tasa del 3% al 5%.
- La bacteriuria asintomática es más frecuente en pacientes con diabetes y de edad avanzada (Lin 2008).
- Entre el 25% al 50% de las mujeres de edad avanzada y entre el 15% y el 40% de los hombres de dicho grupo en establecimientos de atención a largo plazo presentan bacteriuria.
- La bacteriuria asintomática es poco frecuente en los hombres jóvenes sanos, pero su prevalencia aumenta de manera significativa después de los 60 años de edad.
Los hombres con diabetes no parecen tener una mayor prevalencia de bacteriuria comparados con los hombres sin diabetes (Nicolle 1997; Zhanel 1991). Las causas del aumento de la susceptibilidad a la bacteriuria asintomática entre los pacientes de más edad se pueden atribuir a la disminución de la inmunidad mediada por células, el aumento de la receptividad bacteriana de las células uroepiteliales, la disfunción vesical neurogénica, el cambio en las defensas vesicales debido a uropatía obstructiva, la disminución de los factores antibacterianos prostáticos y vaginales, el pH urinario y vaginal, las hormonas y la incontinencia urinaria y fecal que favorece a la bacteriuria (Nicolle 1987a; Nicolle 1988; Reid 1984; Sant 1987).
La asociación de la bacteriuria asintomática con la infección urinaria (IU) sintomática es probablemente atribuible a factores del huésped que promueven la infección urinaria sintomática y asintomática, pero la infección sintomática no es atribuible a la bacteriuria asintomática. Los factores de riesgo de desarrollar IU sintomática no se han definido bien y las consecuencias de la bacteriuria asintomática en los pacientes con diabetes son polémicas (Ribera 2006).
La glucosuria favorece el crecimiento bacteriano in vitro, pero este resultado no se ha podido confirmar in vivo en los pacientes con diabetes (Geerlings 1999). No se conoce tampoco si la bacteriuria asintomática precede a la bacteriuria sintomática en estos pacientes (Geerlings 2000).
- Al parecer en los pacientes con diabetes la bacteriuria asintomática no provoca complicaciones graves, por lo que se ha recomendado que el cribado para la bacteriuria asintomática no es necesario en estos pacientes (Nicolle 2005).
- Algunos estudios han informado mayor mortalidad asociada con la bacteriuria asintomática en los pacientes de edad avanzada (Dontas 1981; Evans 1982), pero otros estudios no confirmaron este hallazgo.
Estudios clínicos de residentes de edad avanzada en establecimientos de atención a largo plazo no han mostrado efectos beneficiosos del cribado o el tratamiento antimicrobiano para la bacteriuria asintomática (Heinamaki 1986; Nicolle 1987a; Nordenstam 1986).
- Las pacientes premenopáusicas no embarazadas con bacteriuria asintomática no tienen efectos adversos y en general eliminan la bacteriuria espontáneamente.
- Sin embargo, estas pacientes tienen mayores probabilidades de presentar IU sintomática posterior comparadas con las pacientes que no tienen bacteriuria asintomática (Hooton 2000).
La bacteriuria asintomática se caracteriza por la presencia de una cantidad significativa de bacterias en un especimen de orina recogido adecuadamente de un paciente sin síntomas o signos de IU. Los criterios cuantitativos para identificar la bacteriuria significativa en un paciente asintomático son al menos 100000 de unidades formadoras de colonias (UFC) ml de la misma especie bacteriana en especímenes de orina recogidos de manera limpia del chorro medio en un único espécimen para los hombres o en dos especímenes consecutivos para las mujeres y al menos 100UFC/ml de la misma especie de especímenes únicos de orina por catéter en hombres o mujeres (Nicolle 2005).
- La esterasa leucocitaria y las pruebas de nitrito se utilizan a menudo en el ámbito de la atención primaria para evaluar los síntomas urinarios; sin embargo, estas pruebas no son útiles para el diagnóstico de la bacteriuria asintomática porque la detección de piuria no es específica para las IU.
- El análisis de orina mediante revisión microscópica en busca de bacterias aún es una prueba útil para la identificación de la bacteriuria (Colgan 2006).
Escherichia coli ( E. coli es todavía el microorganismo aislado con mayor frecuencia en los pacientes con bacteriuria asintomática; el estafilococo coagulasa negativo es frecuente en los hombres, así como los bacilos gram negativos y las especies Enterococcus (Mims 1990).
- En los pacientes con anomalías del sistema genitourinario, incluidos los pacientes de edad avanzada institucionalizados, se puede aislar una variedad amplia de microorganismos.
- En la IU no complicada, la infección por E.
- Coli presenta varios factores relacionados con la virulencia que ayudan a la colonización de las vías urinarias, incluidas diversas adherencias, sistemas de secuestro de hierro y toxinas (Zhang 2003); estas cepas son menos virulentas en los pacientes con bacteriuria asintomática (Holden 2004; Hull 1999).
Estudios moleculares recientes demuestran que algunas cepas de E. coli que causan bacteriuria asintomática son cepas comensales no virulentas, mientras que otras fueron originalmente cepas virulentas que han evolucionado al comensalismo (Klemm 2007; Zdziarski 2008).
Esta prevalencia baja de las características de la virulencia es consistente con informes anteriores entre individuos por otra parte sanos y en pacientes con diabetes con bacteriuria asintomática (Geerlings 2001; Vranes 2003). Las bacterias que habitan normalmente el intestino pero no invaden las vías urinarias en circunstancias habituales pueden ser capaces de migrar en los pacientes con diabetes; estas infecciones pueden ser persistentes (Dalal 2009).
El aumento de la adherencia de E. coli con fimbrias tipo 1 a las células uroepiteliales de los pacientes con diabetes, con menor secreción de citoquinas y menor número de leucocitos, puede explicar parcialmente la mayor incidencia y prevalencia de bacteriuria asintomática en los pacientes con diabetes (Geerlings 2008).
- Descripción de la intervención Un dilema habitual en la práctica clínica es si se trata a los pacientes asintomáticos que presentan bacterias en la orina.
- El aumento de la resistencia a los antimicrobianos entre las bacterias es un motivo de preocupación importante, y el uso racional de estos agentes requiere la identificación de situaciones clínicas en las cuales no sea indicado el tratamiento antimicrobiano.
No existe consenso acerca del tratamiento de la bacteriuria asintomática en pacientes con diabetes (Zhanel 1990). La Infectious Diseases Society of America (IDSA) recomienda cribar y tratar la bacteriuria asintomática en las pacientes embarazadas, antes de los procedimientos urológicos donde se prevé que ocurrirá hemorragia de la mucosa, y en pacientes con bacteriuria adquirida por catéter que persiste 48 horas después de la extracción de un catéter colocado.
- Para otros grupos de pacientes no se recomienda tratamiento.
- No es posible hacer recomendaciones para los receptores de trasplante (Nicolle 2005).
- De qué manera podría funcionar la intervención Los efectos beneficiosos y perjudiciales de tratar o no tratar la bacteriuria asintomática no están claros.
- El cribado y tratamiento de la bacteriuria asintomática es apropiado si la bacteriuria tiene resultados adversos que pueden prevenirse con el tratamiento antimicrobiano.
Hay pocos escenarios en los cuales el tratamiento con antibióticos de la bacteriuria asintomática ha demostrado una mejoría en los resultados de los pacientes, principalmente durante el embarazo. Se ha informado que el tratamiento de la bacteriuria asintomática no reduce la frecuencia de infecciones sintomáticas ni previene episodios adicionales de bacteriuria asintomática (Nicolle 2005).
Se ha informado que la erradicación de los microorganismos que causan IU es más difícil en los pacientes con diabetes debido a una mayor frecuencia de farmacorresistencia múltiple (Wright 2000). Por qué es importante realizar esta revisión Las guías de la IDSA recomiendan la investigación y evaluación adicionales de la bacteriuria asintomática en estudios clínicos realizados apropiadamente; las guías actuales se basaron en una revisión de las pruebas publicadas que incluyó estudios de diferente calidad, con heterogeneidad alta y resultados polémicos (Nicolle 2005).
No hay pruebas basadas en una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios (ECA) para establecer la necesidad de cribar y tratar la bacteriuria asintomática en personas no embarazadas. Los problemas relacionados con las embarazadas se han incluido en revisiones Cochrane separadas (Guinto 2010; Smaill 2007; Widmer 2011).
- • La efectividad de los antibióticos para prevenir el desarrollo de IU sintomática, las complicaciones relacionadas con la IU, la mortalidad general, la mortalidad relacionada con la IU y la resolución de la bacteriuria.
- • El desarrollo de resistencia al tratamiento con antibióticos mediante la comparación de la resistencia de las bacterias que crecen en la orina, antes y después del tratamiento.
- • La frecuencia de eventos adversos.
Métodos Criterios para la inclusión de los estudios para esta revisión Tipos de estudios Todos los ECA y ensayos cuasialeatorios (ECA en los que la asignación al tratamiento se obtuvo por alternancia, uso de historias clínicas alternas, fecha de nacimiento u otros métodos predecibles) que investigaron el uso de antibióticos para el tratamiento de la bacteriuria asintomática.
Tipos de participantes Criterios de inclusión Se incluirán pacientes adultos ambulatorios o institucionalizados de 18 años de edad o más con bacteriuria asintomática (sin disuria, dolor suprapúbico, polaquiuria o urgencia miccional, fiebre, escalofríos o dolor lumbar) y con crecimiento bacteriano definido como al menos 100000UFC/ml de la misma especie bacteriana en especímenes de orina recogidos de manera limpia del chorro medio en un único espécimen para los hombres, o en dos especímenes consecutivos para las mujeres y al menos 100 UFC/ml de la misma especie de especímenes únicos de orina por catéter en hombres o mujeres.
Los ensayos no estuvieron limitados por un factor o riesgo inicial. Se excluyeron los ensayos que seleccionaron a los participantes en el primer mes después de un evento cardiovascular agudo. Criterios de exclusión Pacientes embarazadas, participantes cateterizados (cualquier tipo de catéter), pacientes con stents urinarios, tubos de nefrostomía, receptores de trasplante de riñón u otro tipo de trasplante, bacteriuria relacionada con procedimientos urológicos, lesión de la médula espinal y pacientes hospitalizados.
- Los estudios se excluyeron si presentaban alguna de las siguientes características: más del 10% de los participantes tenían menos de 18 años de edad, estaban hospitalizados, presentaban IU sintomática y no hubo datos disponibles separados para estos grupos, una tasa de abandono de más del 30%.
- Tipos de intervenciones • Tratamiento con antibióticos de cualquier tipo, dosis o duración comparado con placebo o ningún tratamiento.
• Los estudios que informaron intervenciones combinadas se incluyeron solo si ambos brazos de tratamiento recibieron la misma cointervención. Tipos de medida de resultado Medidas de resultado principales
- • Proporción de pacientes que desarrollaron IU sintomática
- • Proporción de pacientes con complicaciones: urosepsis, pielonefritis
- • Muerte.
Medidas de resultado secundarias
- • Proporción de pacientes que desarrollan cualquier evento adverso durante el tratamiento
- • Proporción de pacientes que desarrollan Resistencia (crecimiento de bacterias en orina) durante el período de tratamiento, al comparar la resistencia de las bacterias que crecen en la orina, antes y después del tratamiento
- • Proporción de pacientes con curación bacteriológica
- • Proporción de pacientes con mortalidad relacionada con sepsis
- • Disminución de la función renal, tal como se definió en los estudios individuales.
Resultados y discusión Resumen de los resultados principales La bacteriuria asintomática es frecuente y el método de cribado para esta afección en las pacientes embarazadas es una norma bien establecida basada en pruebas en la práctica médica actual.
No se ha demostrado que el cribado de otros grupos de adultos mejore los resultados (Lin 2008). En esta revisión, se incluyeron nueve estudios con 1614 participantes. En general no hubo pruebas de cualquier efecto clínico beneficioso de tratar la bacteriuria asintomática para las categorías de participantes incluidos.
No se observaron diferencias entre tratamiento con antibióticos versus ningún tratamiento para el desarrollo de IU sintomática, complicaciones, mortalidad y disminución de la función renal. Más participantes que recibieron antibióticos se curaron bacteriológicamente, pero en este grupo se informaron más eventos adversos, principalmente leves; seis participantes de dos estudios interrumpieron el tratamiento debido a eventos adversos (Tabla 1).
Solamente un estudio informó la mortalidad relacionada con sepsis, que fue 3.8% (1/26) y 4.1% (1/24) en los grupos tratamiento y ningún tratamiento, respectivamente; en el grupo control se aislaron diferentes agentes patógenos de los que causan bacteriuria y la infección urinaria puede haber contribuido a una muerte debido a coma hiperosmolar en el grupo de tratamiento (Nicolle 1987).
La mortalidad no se relacionó con la bacteriuria asintomática en los otros estudios. El desarrollo de cepas urinarias resistentes después del tratamiento se informó en un estudio (Giamarellou1998). Exhaustividad y aplicabilidad de la evidencia Los estudios incluyeron mujeres y hombres jóvenes y de edad avanzada, ambulatorios o de centros geriátricos.
En general, al inspeccionar los gráficos, no hubo diferencias significativas entre los resultados de los estudios que incluyeron diferentes poblaciones, excepto un estudio que incluyó más mujeres jóvenes sexualmente activas con IU recurrente de un centro de enfermedades de transmisión sexual; además, en este estudio no se mencionó la definición de curación bacteriológica (Cai 2012).
Calidad de la evidencia Los estudios incluidos fueron de calidad moderada y alta (Riesgo de sesgo en los estudios incluidos), utilizaron tratamientos diferentes con duraciones diferentes del tratamiento y el seguimiento, en diferentes poblaciones, pero lo anterior no pareció influir en los resultados de los estudios individuales.
Se observó heterogeneidad entre los resultados de los estudios para la curación bacteriológica, y las diferentes poblaciones, las diferentes definiciones de curación bacteriológica, las diferentes duraciones del tratamiento y el seguimiento entre los estudios y la metodología diferente pueden haber contribuido a este resultado.
Se observó menos heterogeneidad cuando los estudios solamente se consideraron según la ocultación. En un estudio los participantes desarrollaron más IU sintomática y tuvieron menos curación bacteriológica en el brazo de tratamiento con antibióticos que en el brazo ningún tratamiento, en contraposición con los resultados de los otros estudios incluidos en la revisión; este hecho podría atribuirse a la población específica incluida en este estudio (Cai 2012).
La exclusión de este estudio del metanálisis no cambió el resultado. Sesgos potenciales en el proceso de revisión Los metanálisis se realizaron mediante el modelo de efectos aleatorios y para probar la solidez de los resultados se utilizó el modelo de efectos fijos; no se obtuvieron resultados diferentes al utilizar los dos métodos.
Los análisis de sensibilidad según la ocultación de la asignación y el proceso de asignación al azar no cambiaron los resultados. Acuerdos y desacuerdos con otros estudios o revisiones Se encontraron resultados contradictorios en diferentes estudios con respecto a la necesidad de tratamiento de la bacteriuria asintomática (Boscia 1986; Marketos 1969; Sourander 1972).
- Los resultados de la presente revision están apoyados por las recomendaciones actuales.
- Las guías publicadas por la IDSA en 2006 señalan que no hay efectos beneficiosos cuantificables para cribar o proporcionar tratamiento con antibióticos para la bacteriuria asintomática en los siguientes pacientes: pacientes premenopáusicas que no están embarazadas; pacientes de edad avanzada con diabetes que viven en la comunidad y en instituciones de atención a largo plazo; y pacientes con lesión de la médula espinal o con un catéter vesical colocado.
Existen excepciones cuando se trata de una paciente embarazada o cuando las vías urinarias se manipularán quirúrgicamente (Nicolle 2005). El Preventive Services Task Force de los EE.UU. ha publicado recomendaciones similares a las de la IDSA (Lin 2008), según pruebas de revisiones sistemáticas, metanálisis, ECA, estudios de cohorte y de casos y controles, y series de casos de bases de datos grandes de múltiples sitios.
- El tratamiento incorrecto de la bacteriuria asintomática es un problema en todo el mundo.
- La Scottish Intercollegiate Guidelines Network, entre otros, ha evaluado cuidadosamente el tema y concluyó que la bacteriuria asintomática es un trastorno benigno para el cual no está indicado tratamiento (SIGN 2012).
Por lo tanto, se recomienda la reducción del uso indiscriminado de tratamiento antimicrobiano y de la aparición de microorganismos con armacorresistencia múltiple (Gross 2007). Conclusiones de los autores Implicaciones para la práctica El tratamiento de la bacteriuria asintomática con antibióticos no mostró efectos clínicos beneficiosos en la presente revisión.
Se obtuvo una mayor erradicación de los agentes patógenos urinarios, pero con el inconveniente de que hubo significativamente más eventos adversos. Se deben seguir las recomendaciones actuales para el tratamiento de la bacteriuria asintomática hasta que se pruebe lo contrario. Implicaciones para la investigación Es poco probable que más estudios en la población general cambien los resultados que se muestran en esta revisión.
Se necesitan estudios sobre el tratamiento de la bacteriuria asintomática en pacientes con diabetes. : Antibióticos Para La Bacteriuria Asintomática | Revista Médica Clínica Las Condes
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¿Cómo se cura la bacteriuria asintomática?
Recursos de temas La bacteriuria asintomática es un trastorno en el que las bacterias están presentes en la orina en cantidades superiores a las normales, pero no se producen síntomas. La bacteriuria asintomática es frecuente en ciertos grupos de personas, como las que tienen un catéter insertado en la vejiga durante un período prolongado.
La bacteriuria asintomática no suele tratarse, porque la erradicación de la bacteria puede ser difícil y, porque en general las complicaciones son poco frecuentes. Además, la administración de antibióticos altera el equilibrio de las bacterias en el organismo, permitiendo en algunos casos que proliferen y sean más difíciles de eliminar.
Constituye una excepción el caso en que una persona padece un trastorno o una situación personal que aumenta el riesgo en caso de que se produzca una infección del tracto urinario. Estas circunstancias pueden incluir
Embarazo Antes de ciertos procedimientos invasivos que pueden causar sangrado en el tracto urinario (por ejemplo, la resección transuretral de la próstata)
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¿Cómo se diagnóstica una bacteriuria asintomática?
Infecciones urinarias. Clínica, diagnóstico y tratamiento | Offarm Con el término infección urinaria (IU) se define a una serie de procesos que asientan en el aparato urinario y que tienen como común denominador la presencia de microorganismos en la orina, generalmente bacterias en una proporción determinada.
- En el presente trabajo se abordan las manifestaciones clínicas el diagnóstico y el tratamiento de los diferentes tipos de infecciones urinarias.
- La cifra de microorganismos presentes en la orina que indica la existencia de una infección urinaria ha evolucionado desde los criterios de Kass, que la situó en 100.000 unidades formadoras de colonias (UFC), a los criterios más modernos de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas, que los sitúa en 100 UFC en caso de cistitis simple o recurrente; 1.000 UFC en caso de clínica de pielonefritis, o 100 UFC como cifra mínima para considerar significativa una bacteriuria asintomática, una IU complicada o una IU en pacientes portadores de sonda o catéteres.
En el aparato urinario debemos diferenciar dos elementos con distinto comportamiento inmunológico: el parénquima (formado por la corteza y médula renal, la próstata, el testículo y epidídimo) y las vías urinarias, que se inician en los cálices renales, continúan con la pelvis renal, uréter y vejiga, y finalizan en la uretra.
- Las infecciones que se originan tanto en el parénquima como en las vías urinarias pueden a su vez ser complicadas o no.
- Las primeras implican que existe una alteración orgánica o funcional del aparato urinario que es responsable de esa bacteriuria.
- En las no complicadas, por el contrario, con los actuales métodos diagnósticos, somos incapaces de poner de manifiesto cualquier tipo de alteración.
En consecuencia, es la bacteriuria el único hallazgo. Cualquiera de las infecciones de orina que vamos a aborda en este trabajo se expresa clínicamente con síntomas dependientes de la propia infección, bacteriuria sintomática o, por el contrario, únicamente son demostradas por un cultivo urinario positivo: bacteriuria asintomática.
- Finalmente, todas estas formas corresponde a un primer brote (primoinfección) o a brotes repetitivos, ya sean por el mismo microorganismo (bacteriuria recurrente) o por diferentes (bacteriuria por reinfección).
- Ahora bien, el origen y la expresión clínica de cada uno de los procesos asociados a la bacteriuria son diferentes, lo cual obliga a establecer una adecuada correlación entre los datos de laboratorio, la sintomatología y otros exámenes complementarios para alcanzar un correcto diagnóstico etiológico y de localización de la infección; es decir, cuando el clínico se encuentra ante un paciente con una clínica infecciosa urológica debe determinar mediante los síntomas o con la ayuda de elementos de diagnóstico si está ante una infección exclusiva del tracto urinario o, por el contrario, parenquimatosa, además de diferenciar si dicha infección afecta al tracto urinario superior o al inferior.
Dada la similitud de los cuadros clínicos y el solapamiento de síntomas, se hace imprescindible un conocimiento exacto de los diferentes tipos de patología infecciosa relacionados con las pielonefritis o que pueden confundirse con ella.
- Lo hasta aquí expuesto da idea de lo importante que es derivar al médico a aquellos pacientes que acuden a la oficina de farmacia para tratarse la infección de orina (casi siempre, mujeres).
- Manifestaciones clínicas
- Bacteriuria asintomática
Se considera que la bacteriuria es significativa cuando se detectan más de 100.000 UFC/ml en al menos dos cultivos. Cuando esto ocurre en un paciente sin sintomatología urinaria hablamos de bacteriuria asintomática. Esta entidad suele estar sobrediagnosticada (hasta un 10%), ya que se evalúa con un sólo cultivo positivo.
- Es más frecuente en las edades extremas de la vida.
- En el ámbito ambulatorio se puede detectar hasta en un 6% de los varones y en un 18% de las mujeres.
- El porcentaje es mayor en personas encamadas, donde puede llegar a ser hasta de un 23%, e incluso hasta un 32% en pacientes hospitalizados.
- En mujeres gestantes el porcentaje de bacteriurias asintomáticas puede ser de un 4-7%.
El porcentaje mayor se da en pacientes que sufren sondaje vesical permanente, siendo incluso hasta de un 100%. La bacteriuria es normalmente bien tolerada en el adulto y en el anciano. No obstante, conviene que sea estudiada en los niños por la posibilidad de que pueda haber complicaciones debido a la existencia de alteraciones orgánicas.
En mujeres gestantes la bacteriuria asintomática debe ser tratada, ya que en el caso de no recibir tratamiento pueden desarrollar pielonefritis hasta en un 30% de los casos. Síndrome miccional La tríada típica en la sintomatología del síndrome miccional consiste en la aparición de disuria, poliquiuria y urgencia miccional: Cistitis aguda bacteriana,
Se caracteriza por la existencia de bacteriuria (entre 100 y 100.000 UFC/ml) y síndrome miccional. La frecuencia a lo largo de un año llega a ser hasta de un 25% en las mujeres. Los síntomas son súbitos e intensos, caracterizándose por la existencia de disuria, poliquiuria y urgencia miccional.
Es frecuente la aparición de hematuria micro o macroscópica. Raramente se acompaña de síntomas generales o de fiebre. En los niños puede manifestarse como enuresis. Los gérmenes más habitualmente involucrados en la cistitis son el E. coli y S. saprophyticus, En la analítica se detecta bacteriuria y piuria en el sedimento urinario y no se suele detectar leucocitosis en la hematología.
Cistitis aguda bacteriana (síndrome uretral agudo), Se considera como tal cuando existe bacteriuria menor de 100 UFC/ml, acompañándose en un 30-50% de síndrome miccional. También se denomina síndrome disuria-piuria. El comienzo de la sintomatología suele ser más insidioso y con una menor intensidad de los mismos.
- En ocasiones se acompaña de leucorrea.
- Los gérmenes más frecuentemente implicados son C.
- Trachomatis y bacterias coliformes.
- En el sedimento urinario se suele detectar piuria, siendo muy rara la presencia de hematuria.
- Si en estos pacientes se realizase una punción suprapúbica se detectaría bacteriuria en un 44% de los mismos.
Vaginitis. Se caracteriza por la presencia de leucorrea dispareuria, prurito vulvar y disuria externa. En el sedimento de orina se detecta una bacteriuria menor de 100 UFC/ml. Es rara la aparición de piuria o hematuria. Suele ser consecuencia de infecciones producidas por Candida spp,
- Y T. vaginalis,
- Pielonefritis bacteriana aguda La pielonefritis es un cuadro infeccioso grave que constituye la forma más seria de infección del tracto urinario.
- Se caracteriza por tratarse de la infección del parénquima renal y del sistema colector.
- Se manifiesta como un síndrome miccional que se acompaña de fiebre alta, escalofríos, taquicardia y vómitos.
En la exploración física destaca la existencia de dolor en las fosas renales (que aumenta con la puñopercusión) y la hiperestesia abdominal. Pueden existir formas incompletas o subclínicas en las que no aparecen algunos de los datos clínicos y/o explorativos característicos.
- En ancianos puede expresarse como deterioro del estado general o incontinencia urinaria.
- Su incidencia es mayor en las mujeres y habitualmente es el resultado de la ascensión de microorganismos desde el tracto urinario inferior.
- De ahí que las bacterias responsables sean similares a las que producen cistitis, destacando por su frecuencia E.
coli, En la analítica destaca la presencia de leucocitosis en el hemograma, detectándose en el sedimento bacteriuria, piuria y cilindros leucocitarios. Hasta en un 20% de los cultivos se pueden encontrar menos de 100.000 UFC/ml. El riesgo de bacteriemia en los pacientes con pielonefritis aguda puede ser de hasta un 30%.
Prostatitis Constituye la infección urinaria más frecuente en el varón entre la segunda y la cuarta década de la vida. Es, por tanto, la causa más frecuente del síndrome miccional en varones jóvenes y de mediana edad. La prostatitis se suele presentar de forma aguda y se caracteriza por la presencia de síndrome miccional, fiebre y escalofríos.
El paciente suele referir la existencia de dolor en región perineal y en hipogastrio de carácter intenso. El tacto rectal es doloroso, estando la próstata caliente y aumentada de tamaño. Durante la exploración debe intentar evitarse el masaje prostático, ya que aumenta el riesgo de bacteriuria.
- En ocasiones, la prostatitis puede tener una evolución crónica, mostrando una expresión clínica paucisintomática y presentando un patrón de infección recurrente vesical.
- Los gérmenes más frecuentemente implicados son E.
- Coli, Klebsiella, Proteus, Enterobacter y Pseudomona,
- Epididimitis Se caracteriza por la presencia de síndrome miccional, fiebre y dolor en el hemiescroto correspondiente, con aumento de tamaño.
No es infrecuente la existencia de signos inflamatorios en la pared escrotal (edema, calor e hiperemia). En la epididimitis del varón joven (menos de 40 años), Chlamydia trachomatis es el agente etiológico más habitual, con porcentajes que alcanzan el 80%.
- Por encima de los 50 años, las epididimitis se producen por los microorganismos habituales de las infecciones urinarias, particularmente enterobacterias y, sobre todo, E. coli,
- Uretritis La uretritis gonocócica, cuyo agente causal es la Neisseria gonorrhoeae, es una enfermedad de trasmisión sexual.
- Tiene un período de incubación de 3-5 días.
Clásicamente, en el 90% de los varones hay exudado uretral purulento con importante prurito meatal y disuria, aunque en ocasiones se detecta en pacientes asintomáticos. La pielonefritis es un cuadro infeccioso grave que constituye la forma más seria de infección del tracto urinario Los agentes etiológicos más frecuentes de la uretritis no gonocócicas son Chlamydia trachomatis, Ureaplasma urealyticun y Mycoplasma hominis,
- En un 20-30% de las mismas se piensa que puedan estar implicados otros patógenos, como Herpes simplex, Trichomonas vaginalis o Candida spp.
- La sintomatología en este caso es más moderada que en la uretritis gonocócica.
- El exudado uretral suele ser mucoso, escaso y matutino y se acompaña de discreto prurito meatal y disuria.
El período de incubación oscila entre varios días hasta un mes después del contacto infectante. Diagnóstico En condiciones normales, la orina es estéril, aunque puede contaminarse a su paso por la uretra. Cuando existe una contaminación microbiana del aparato urinario, con enfermedad o sin ella, la forma más fácil de detectarla es buscar la presencia de estos microorganismos en orina.
- El método y la forma en que debe recogerse y transportarse una muestra de orina quedan reflejados en la tabla 1.
- Métodos de diagnóstico rápido
- Tiras reactivas
- Es recomendable su uso como aproximación diagnóstica:
Leucocitoestearasa, Sensibilidad del 90% y especificidad del 92% (la tasa de falsos positivos es del 8%). Nitritos, Sensibilidad del 35-85% y especificidad del 92-100%. Realización conjunta, Sensibilidad del 88-92% y especificidad del 78-98%. Microscopio óptico Se considera que existe bacteriuria cuando se detecta, mediante la tinción de gram, una o más bacterias en orina no centrifugada.
- Otras técnicas diagnósticas
- Cultivo
- Permite realizar una relación cuantitativa detectando el número de bacterias por mililitro de orina, pudiéndose interpretar los resultados según los criterios de Kass:
Con más de 100.000 UGC/ml existe una probabilidad de bacteriuria significativa del 80%. De 10.000 a 100.000 UFC/ml la probabilidad de bacteriuria es dudosa o excepcional. Con menos de 10.000 UFC/ml se trata de una contaminación. Además, permite la realización de una valoración cualitativa detectando el germen responsable de la infección urinaria.
- La prostatitis constituye la infección urinaria más frecuente en el varón entre la segunda y la cuarta década de la vida
- Pruebas de localización de la infección
- Como, por ejemplo, estudios de adherencia, estudios de receptores inmunológicos o estudios de excreción enzimática.
- Técnicas de imagen
- Radiografía simple de abdomen.
- Cistoureterografía miccional.
- Urografía intravenosa.
- Ecografía renal.
- Tratamiento
Para el estudio de las infecciones urinarias es útil clasificarlas por grupos: cistitis, pielonefritis, prostatitis, uretritis, etc. En este trabajo sólo trataremos las cistitis, por ser las más frecuentes, y la pielonefritis, por ser de las más graves.
- Además, es importante tener en cuenta que la sensibilidad y resistencia a los diferentes regímenes antibióticos presenta una importante variabilidad geográfica, motivo por el cual las recomendaciones de tratamiento pueden cambiar de un lugar a otro.
- Cistitis simple, sin factores de riesgo de colonización renal El tratamiento de un episodio aislado de cistitis simple puede realizarse sin practicar urocultivo.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que actualmente, en España, más del 50% de las cepas de E. coli son resistentes a la ampicilina, y alrededor del 40% lo son a las cefalosporinas de primera generación y al cotrimoxazol. El tratamiento puede realizarse con la fluoroquinolona, la asociación de amoxicilina con ácido clavulánico, fosfomicina trometamol o una cefalosporina de segunda o tercera generación administrada por vía oral durante 3-5 días.
- Cuando la evolución es favorable se comprueba una regresión ostensible de la sintomatología de la cistitis antes del tercer día de tratamiento.
- Cistitis y factores de riesgo de colonización renal
- Hasta el 30% de los pacientes con clínicas de cistitis tienen bacteriuria de origen renal. La existencia de colonización renal o pielonefritis subclínica debe sospecharse en todos los varones con cistitis y en las mujeres en cualquiera de las siguientes situaciones:
- Niñas menores de 5 años.
- Mujeres embarazadas.
- Pacientes con diabetes, insuficiencia renal o una enfermedad inmunodepresora.
- Antecedentes de una complicación urológica o de infección recidivante.
- Clínica de síndrome cistitico de más de 7 días de evolución.
- Infección por Proteus spp.
En estos casos es necesario que el antibiótico se mantenga durante 7-10 días, puesto que las pautas cortas empleadas en la cistitis se siguen de un elevado índice de recidivas. Dado que no hay peligro de bacteriemia, el tratamiento inicial puede llevarse a cabo por vía oral con cualquiera de los antibióticos recomendados para el tratamiento de la cistitis simple.
- El tratamiento de la pielonefritis se reduce a la administración de antibióticos de eficacia comprobada, en concentración y pH adecuados, y durante el tiempo suficiente
- Es necesario practicar un urocultivo con antibiograma antes de iniciar el tratamiento y adecuar posteriormente el antibiótico según los resultados.
- Bacteriuria asintomática
- Puede ser causa de complicaciones graves en niños menores de 5 años con reflujo vesicoureteral, en pacientes con anomalías urológicas, en la mujer embarazada, en enfermos sometidos a cirugía o a exploraciones endoscópicas de la vía urinaria, en diabéticos o inmunodeprimidos y en los pacientes con valvulopatía cardíaca o portadores de una prótesis valvular.
- En cada una de las situaciones mencionadas están indicados tantos los estudios de detección periódica como el tratamiento de la bacteriuria con un antibiótico elegido de acuerdo con el resultado del antibiograma.
- Pielonefritis
Básicamente, se reduce a la administración de antibióticos de eficacia comprobada, en concentración y pH adecuados, y durante el tiempo suficiente. Es esencial la realización de cultivos con antibiograma y, si existe un sustrato anatómico favorecedor de la infección, debe considerarse prioritaria su resolución.
- Para numerosos autores, existen argumentos definitivos a favor de hospitalizar a los pacientes con pielonefritis aguda. Esta actitud es respaldada por varias razones:
- Un grupo de estos pacientes tiene íleo, náuseas y vómitos, que impiden tolerar la medicación oral.
- La terapéutica inicial preferentemente ha de ser parenteral para asegurar niveles altos de antibióticos en el suero y los tejidos.
- Las dos circunstancias anteriores hacen necesaria la colocación de una vía venosa y la administración de líquidos intravenosos.
- Se requieren cultivos de orina y sangre obtenidos adecuadamente.
Sin embargo, algunos grupos han obtenido excelentes resultados en pielonefritis agudas no complicadas, empleando un tratamiento con antibióticos parenterales (cotrimoxazol o fluoroquinolonas), rehidratación, analgésicos y antieméticos administrados durante 12 horas en el servicio de urgencias, seguido de una pauta oral ambulatoria durante 14 días.
- El tratamiento extrahospitalario no es aplicable a pacientes con pielonefritis complicada o con algún factor de riesgo sobreañadido.
- Aunque la vía y la duración óptima son aún discutidas, parece indicado un ciclo inicial de 10-14 días con clotrimoxazol.
- Una segunda alternativa a este tratamiento puede ser el uso de un aminoglucósido, una ciclosporina o una fluoroquinolona del tipo del ciprofloxacino o norfloxacino como tratamiento primario.
Entre los fármacos orales, tanto el clotrimoxazol como las fluoroquinolona logran las concentraciones intrarenales más altas. La ampicilina como antibiótico único no es recomendable en la terapia de primera elección, ya que como se ha dicho anteriormente, el 20-30% de las infecciones por E.
- Coli pueden ser resistentes a este antibiótico.
- Sin embargo, continúa siendo un buen antibiótico si se dispone de un estudio de sensibilidad bacteriana.
- Tras la administración parenteral de antibióticos durante 2-4 días, se puede pasar a terapéutica oral, que se mantendrá por espacio de una o 2 semanas adicionales.
Los antibióticos prolongados no son necesarios en la pielonefritis aguda, a menos que el paciente muestre signos de recaída inmediatamente después de interrumpirlos. Pasado el brote agudo, debe continuarse una vigilancia periódica con urocultivos, para descartar una bacteriuria asintomática o recurrente.
- El tratamiento de la pielonefritis se reduce a la administración de antibióticos de eficacia comprobada, en concentración y pH adecuados, y durante el tiempo suficiente
- El antibiótico no ha sido el adecuado o era necesario más de uno.
- No se han alcanzado concentraciones suficientes en el sitio donde se encuentran las bacterias por inaccesibilidad (barrera anatómica, especialmente obstrucción o cálculo) o fallo del mecanismo concentrador renal.
- El antibiótico no se ha utilizado durante un período suficientemente prolongado.
En cualquiera de estos casos, y a la vista del nuevo antibiograma, se debe tratar nuevamente, por un período de 6 semanas y en dosis suficientes. De todos modos, en la mayoría de los casos, el porcentaje de recaídas no sobrepasa el 10-15%, y el fallo primario del tratamiento suele cifrarse en menos del 3% de los casos.
- En el subgrupo de pacientes menores de 18 meses o con compromiso del estado general, se recomienda una asociación antibiótica, preferentemente incluyendo una cefalosporina de tercera generación y un aminoglucósido, ambos por vía parenteral.
- Además, está indicado el uso de antibióticos profilácticos en casos de lesiones cicatrizales extensas, con infecciones recurrentes.
* : Infecciones urinarias. Clínica, diagnóstico y tratamiento | Offarm
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¿Qué pasa si no se trata una bacteria en la orina?
¿Cuál es la causa de las infecciones del tracto urinario? – Las infecciones del tracto urinario generalmente ocurren porque las bacterias entran en la uretra, luego suben a la vejiga y causan una infección. Las niñas tienen infecciones del tracto urinario con mucha más frecuencia que los varones, principalmente debido a las diferencias en la longitud y la forma de la uretra.
- Las niñas tienen uretras más cortas que los varones y la abertura se encuentra más cerca del ano y la vagina, donde es posible que se encuentren las bacterias.
- Las bacterias pueden entrar en la uretra de varias maneras.
- Durante las relaciones sexuales, por ejemplo, las bacterias de la zona vaginal pueden ser empujadas hacia el interior de la uretra y, con el tiempo, terminan en la vejiga, donde la orina crea un ambiente propicio para el crecimiento de las bacterias.
Esta es la razón por la cual las mujeres que son sexualmente activas a menudo contraen infecciones urinarias. (Las infecciones del tracto urinario no son contagiosas). Las bacterias también pueden llegar a la vejiga de una niña si se limpia de atrás hacia adelante después de una evacuación intestinal, lo cual puede contaminar la abertura de la uretra.
- El uso de espermicidas (incluidos los condones tratados con espermicida) y los diafragmas como anticonceptivos también puede aumentar el riesgo de tener una infección del tracto urinario.
- Las enfermedades de transmisión sexual pueden provocar síntomas similares a los de una infección del tracto urinario, como dolor al orinar.
Esto se debe a la inflamación e irritación de la uretra o la vagina que a veces acompaña a la clamidiasis y otras enfermedades de transmisión sexual. Si no reciben tratamiento, las enfermedades de transmisión sexual pueden provocar problemas a largo plazo, incluida la enfermedad inflamatoria pélvica e infertilidad.
- A diferencia de las infecciones del tracto urinario, las enfermedades de transmisión sexual son contagiosas.
- Algunas personas parecen tener infecciones frecuentes del tracto urinario, pero, a menudo, tienen otros problemas que las hacen más propensas (mayor tendencia) a las infecciones, como una anomalía en la estructura o el funcionamiento del tracto urinario.
El problema funcional más común del tracto urinario recibe el nombre de reflujo vesicoureteral una afección en la que parte de la orina fluye de regreso desde la vejiga hacia los uréteres e incluso hasta los riñones.
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¿Cómo puedo quitar la infección de orina si estoy embarazada?
Las infecciones del tracto urinario aumentan el riesgo de lo siguiente: El tratamiento de las infecciones de las vías urinarias consiste en antibióticos. Los médicos suelen utilizar la cefalexina, la nitrofurantoína o la combinación trimetoprima-sulfametoxazol.
Nitrofurantoína y trimetoprima/sulfametoxazol se utilizan solo durante el primer trimestre, cuando no hay otras alternativas disponibles. Las mujeres que han tenido más de una infección de la vejiga o una infección renal deben tomar antibióticos durante todo el embarazo para prevenir posteriores infecciones del sistema urinario.
NOTA: Esta es la versión para el público general. MÉDICOS: VER VERSIÓN PROFESIONAL Copyright © 2022 Merck & Co., Inc., Rahway, NJ, USA y sus empresas asociadas. Todos los derechos reservados.
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¿Qué causa la bacteriuria?
La BA hace referencia a la presencia de bacterias en orina correctamente recogida en un paciente asintomático. La BA es un proceso benigno en la mayoría de los pacientes que no favorece la aparición de cicatrices ni daño renal.
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¿Qué bacteria es peligrosa en la orina?
Causas – Las infecciones urinarias suelen producirse cuando ingresan bacterias en las vías urinarias a través de la uretra y comienzan a multiplicarse en la vejiga. Aunque el sistema urinario está preparado para impedir el ingreso de estos invasores microscópicos, estas defensas a veces fallan.
Infección de la vejiga (cistitis). Por lo general, este tipo de infección de las vías urinarias es causado por la Escherichia coli (E. coli), un tipo de bacteria que se encuentra frecuentemente en el tracto gastrointestinal. Sin embargo, algunas veces las responsables son otras bacterias. Las relaciones sexuales pueden ocasionar cistitis, pero no es necesaria la actividad sexual para padecerla. Todas las mujeres corren el riesgo de padecer cistitis debido a su anatomía; específicamente, por la corta distancia desde la uretra hasta el ano y del orificio uretral a la vejiga. Infección de la uretra (uretritis). Este tipo de infección de las vías urinarias puede ocurrir cuando las bacterias en el tracto gastrointestinal se propagan desde el ano hacia la uretra. Asimismo, dado que la uretra femenina está cerca de la vagina, las infecciones de transmisión sexual (tales como el herpes, la gonorrea, la clamidia y el micoplasma) pueden causar uretritis.
¿Cuánto dura una bacteria en la orina?
Una infección de las vías urinarias o IVU es una infección del tracto urinario. La infección puede ocurrir en diferentes puntos en el tracto urinario, que incluyen la:
Vejiga – una infección en la vejiga también se denomina cistitis o infección vesical.Riñones – una infección de uno o en los dos riñones se denomina pielonefritis o infección renal.Uréteres – los conductos que llevan la orina desde cada riñón hasta la vejiga solo en pocas ocasiones son el único sitio de una infección.Uretra – una infección del conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior se denomina uretritis,
La mayoría de las IVU son causadas por bacterias que ingresan a la uretra y luego a la vejiga. La infección se desarrolla con mayor frecuencia en la vejiga, pero puede propagarse a los riñones. La mayoría de las veces, el cuerpo puede librarse de estas bacterias.
Sin embargo, ciertas afecciones aumentan el riesgo de padecer IVU. Las mujeres tienden a contraerlas con más frecuencia debido a que su uretra es más corta y está más cerca del ano que en los hombres. Debido a esto, las mujeres tienen mayor probabilidad de contraer una infección después de la actividad sexual o al usar un diafragma para el control de la natalidad.
La menopausia también aumenta el riesgo de una IVU. Los siguientes factores también incrementan sus probabilidades de tener una IVU:
Diabetes Edad avanzada y enfermedades que afectan los hábitos de cuidados personales (como enfermedad de Alzheimer y delirio )Problemas para vaciar completamente la vejiga Tener una sonda vesical Incontinencia intestinal Próstata agrandada, uretra estrecha o cualquier otro factor que bloquee el flujo de orina Cálculos renales Permanecer quieto (inmóvil) por un período de tiempo largo (por ejemplo, mientras se está recuperando de una fractura de cadera)EmbarazoCirugía u otro procedimiento en las vías urinarias
Los síntomas de una infección vesical incluyen:
Orina turbia o con sangre que puede tener un olor fuerte o fétido (maloliente)Fiebre baja en algunas personasDolor o ardor al orinar Presión o calambres en la parte inferior del abdomen o en la espalda bajaFuerte necesidad de orinar con frecuencia, incluso poco después de haber vaciado la vejiga
Si la infección se propaga a los riñones, los síntomas pueden incluir:
Escalofríos y temblores o sudoración nocturnaFatiga y sensación de indisposición generalFiebre por encima de 101ºF (38.3ºC)Dolor de costado, en la espalda o la entrepierna (ingle)Piel ruborizada, enrojecida o calienteCambios mentales o confusión (en personas mayores, estos síntomas a menudo son los únicos signos de una IVU) Náuseas y vómitosDolor abdominal muy fuerte (algunas veces)
Su proveedor de atención médica primero debe descubrir si la infección está simplemente en la vejiga o si se ha diseminado a los riñones y qué tan grave es. INFECCIONES LEVES DE LA VEJIGA Y EL RIÑÓN
En la mayoría de los casos, usted deberá tomar antibióticos para evitar la propagación de la infección a los riñones.Para una infección vesical simple, usted tomará antibióticos durante 3 días (mujeres) o de 7 a 14 días (hombres).Si está embarazada o tiene diabetes, o una infección renal leve, en la mayoría de los casos tomará antibióticos durante 7 a 14 días.Termine todos los antibióticos, incluso si se siente mejor. Si no termina el tratamiento completo del medicamento, la infección podría retornar y ser más difícil de tratar posteriormente.Tome siempre mucha agua cuando tenga una infección renal o vesical.Antes de tomar estos medicamentos, coméntele al proveedor si podría estar embarazada.
INFECCIONES VESICALES RECURRENTES Algunas mujeres tienen infecciones vesicales repetidas. Su proveedor puede sugerirle que:
Tome una sola dosis de un antibiótico después del contacto sexual para prevenir una infección.Tenga antibióticos para un tratamiento de 3 días en casa para usarlos si presenta una infección.Tome una sola dosis diaria de un antibiótico para prevenir infecciones.
INFECCIONES RENALES MÁS GRAVES Puede ser necesario que acuda al hospital si usted está muy enfermo y no puede tomar medicamentos por vía oral o beber suficientes líquidos. También lo pueden internar en el hospital si:
Es un adulto mayorTiene cálculos renales o cambios en la anatomía de sus vías urinariasLe han realizado recientemente una cirugía de las vías urinariasTiene cáncer, diabetes, esclerosis múltiple, lesión en la médula espinal u otros problemas de saludEstá embarazada y tiene fiebre o cualquier otra afección
En el hospital, le administrarán líquidos y antibióticos por vía intravenosa. Algunas personas tienen IVU que siguen reapareciendo o que no desaparecen con tratamiento. Esas infecciones se denominan IVU crónicas. Si usted tiene una IVU crónica, puede necesitar antibióticos más fuertes o tomar medicamento por más tiempo.
Usted puede necesitar cirugía si la infección es causada por un problema de la estructura del tracto urinario. La mayoría de las IVU se puede curar. Los síntomas de una infección de la vejiga en la mayoría de los casos desaparecen al cabo de 24 a 48 horas después de que empieza el tratamiento. Si usted tiene una infección renal, puede pasar 1 semana o más tiempo para que sus síntomas desaparezcan.
Las complicaciones pueden incluir:
Infección de la sangre potencialmente mortal ( sepsis ): el riesgo es mayor para los jóvenes, los adultos de edad muy avanzada y personas cuyos cuerpos no pueden combatir las infecciones (por ejemplo, debido a VIH o quimioterapia para el cáncer).Cicatrización o daño renal.Infección renal.
Consulte a su proveedor si presenta síntomas de una IVU. Llame de inmediato si se presentan signos de una posible infección renal, por ejemplo:
Dolor de espalda o de costadoEscalofríosFiebreVómitos
Llame también si los síntomas regresan poco después de haber recibido tratamiento con antibióticos. Los cambios en el estilo de vida y en la dieta pueden ayudar a prevenir algunas infecciones de las vías urinarias. Después de la menopausia, una mujer puede usar crema de estrógenos alrededor de la vagina para reducir las infecciones. Infección vesical – adultos; Infección de las vías urinarias (IVU) – adultos; Cistitis – bacteriana – adultos; Pielonefritis – adultos; Infección renal – adultos Cooper KL, Badalato GM, Rutman MP. Infections of the urinary tract. In: Partin AW, Dmochowski RR, Kavoussi LR, Peters CA, eds.
- Campbell-Walsh-Wein Urology,12th ed.
- Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 55.
- Nicolle LE, Drekonja D.
- Approach to the patient with urinary tract infection.
- In: Goldman L, Schafer AI, eds.
- Goldman-Cecil Medicine,26th ed.
- Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 268.
- Sobel JD, Brown P.
- Urinary tract infections.
In: Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. Mandell, Douglas, and Bennett’s Principles and Practice of Infectious Diseases,9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 72. Versión en inglés revisada por: Linda J. Vorvick, MD, Clinical Associate Professor, Department of Family Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington, Seattle, WA.
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¿Cuáles son las bacterias más comunes en la orina?
Podemos encontrar en la orina de individuos sanos microorganismos saprofitos o arrastrados por la micción: Lactobacilus, Bacillus, Corynebacterium, Staphylococcus, Candida y algunas enterobacterias.
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¿Qué bacterias pueden ser las causantes de una infección a tracto urinario ITU y que se puedan cultivar en el laboratorio?
Etiología – Agente etiológico por grupo etario. Muchos gérmenes distintos pueden invadir el tracto urinario, pero los microorganismos más frecuentes son los bacilos gramnegativos como:
- Escherichia coli : Provoca el 80 % de las infecciones urinarias agudas en general.
- Proteus y Klebsiella son las bacterias aisladas con más frecuencia en personas con litiasis,
- Enterobacter, Serratia y Pseudomonas,
Entre las bacterias Gram positivas encontramos:
- Staphylococcus saprophyticus,
- Streptococcus agalactiae,
- Enterococcus : Indica infección mixta o patología urinaria orgánica.
- Staphylococcus aureus : Cuando está presente debe descartarse la contaminación urinaria por vía hematógena si el paciente no es portador de sonda urinaria,
Entre los diferentes hongos que pueden causar la enfermedad encontramos:
Candida : Es el hongo más frecuente en pacientes con diabetes mellitus, pacientes con sonda urinaria y pacientes que han recibido tratamiento antibiótico previamente.
¿Qué germen genera más del 80% de los casos de infección urinaria aguda?
Urinary tract infections (UTI) are a frequent problem in primary care. They occur mainly in women without underlying diseases and with no functional or structural anomalies of the urinary tract; consequently most cases are considered uncomplicated UTI. Etiology is influenced by factors such as age, diabetes, spinal cord injury, urinary catheterization, and other factors. Escherichia coli causes 80-85% of acute episodes of uncomplicated cystitis. Staphylococcus saprophyticus, Proteus mirabilis, Streptococcus agalactiae and Klebsiella spp. are responsible for most of the remaining episodes. The spectrum of bacteria that causes complicated UTI is much broader. Rates of resistance have undergone considerable variations, and consequently the empirical treatment of UTI requires constant updating of the antibiotic sensitivity of the main uropathogens of the area, country or institution. To correctly interpret the global data on sensitivity, the type of UTI (uncomplicated versus complicated), sex, age and previous antibiotic therapy in each patient must be taken into account. Resistance in uncomplicated UTI has clinical significance (although less than in systemic infections such as bacteremia), which depends on whether the infection is cystitis or pyelonephritis. Keywords: Urinary infection Antimicrobial resistance Antibiotics Epidemiology Texto completo Introducción Las infecciones del tracto urinario (ITU) son un problema frecuente en atención primaria. Este capítulo trata de los principales tipos de ITU sintomática observados en adultos en atención primaria. También se revisan los patrones actuales de resistencia a los antibióticos de los uropatógenos y algunos factores que influyen en la resistencia, lo que desde el punto de vista práctico puede orientar a establecer un tratamiento empírico coherente. Epidemiología La cistitis aguda es una infección muy común. Se presenta principalmente en mujeres sin enfermedades de base y sin anomalías funcionales o estructurales del tracto urinario, por lo que la mayoría de los casos se consideran ITU no complicadas. Las mujeres jóvenes de Estados Unidos que mantienen relaciones sexuales tienen aproximadamente 0,5 episodios de cistitis por persona y año, lo que hace suponer que en ese país se atiende a varios millones de episodios al año 1, Aunque es de poca gravedad si se la compara con otras infecciones, su impacto es considerable. Cada episodio en una universitaria supone una media de 6 días de síntomas y 2,4 días de actividad restringida 2, En 1995 se estimó que en Estados Unidos el coste directo e indirecto de las ITU comunitarias era de aproximadamente 2.000 millones de dólares cada año 2,3, Se calcula que entre el 50 y el 60% de las mujeres adultas tendrá al menos un episodio de ITU en su vida 4, Cerca del 10% de mujeres posmenopáusicas contactadas por teléfono afirmó haber tenido un episodio de ITU en el año previo 3, El pico de incidencia de ITU no complicada en mujeres se observa en las edades de máxima actividad sexual, generalmente entre los 18 y los 39 años 5, El factor de riesgo más importante para padecer una ITU no complicada es haber tenido relaciones sexuales recientes 1, Otros factores de riesgo son el uso de espermicidas o de diafragmas vaginales 1 ; también influyen factores genéticos asociados a la expresión de grupos sanguíneos no secretores ABH 6, Por otro lado, las ITU recurrentes no complicadas son comunes en mujeres jóvenes sanas sin anomalías anatómicas o fisiológicas del tracto urinario. En un estudio realizado en universitarias que presentaban su primer episodio de ITU, el 27% tuvo al menos una recurrencia confirmada por cultivo en los 6 meses siguientes, y el 2,7% presentó una segunda recurrencia en el mismo período 7, Si el agente causal del primer episodio es Escherichia coli, es más probable que se presente una recurrencia en los 6 meses siguientes que si se trata de un microorganismo distinto 4, En otro estudio realizado en mujeres de entre 17 y 82 años de edad con cistitis por E. coli, el 44% tuvo al menos una recurrencia en el año siguiente 8, Los factores de riesgo de la ITU recurrente son similares a los que predisponen a la cistitis: el número de relaciones sexuales (si éstas son diarias, el riesgo es 9 veces superior), la historia personal de infecciones previas, los antecedentes familiares de ITU en la madre, la edad inferior a 15 años del primer episodio de ITU y la utilización de espermicidas. Asimismo, la administración reciente de antibióticos, la diabetes y, en mujeres posmenopáusicas, la incontinencia urinaria, la presencia de cistocele, el residuo posmiccional y la cirugía ginecológica previa son factores predisponentes, como se comenta con más detalle en el capítulo que trata de las ITU recurrentes. En Estados Unidos se calcula que cada año hay unos 250.000 casos de pielonefritis (PN), que se da con mayor frecuencia en mujeres 9, En un estudio poblacional reciente, realizado en mujeres de 18 a 49 años de edad, se estimó una incidencia de PN de 28 casos por 10.000, de los que el 7% precisó hospitalización 9, En Corea del Sur, la incidencia de PN se ha estimado en 36 casos por 10.000 personas (12,6 en varones y 59,0 en mujeres) 10, La incidencia de PN aumenta con la edad y en los meses de verano 10, Tras un primer episodio, el riesgo de padecer un segundo episodio en el año siguiente es del 9% en mujeres y del 5,7% en varones 10, Los factores de riesgo más importantes de PN (relaciones sexuales, historia personal y familiar de ITU, diabetes e incontinencia) son similares a los de cistitis 9, La incidencia de ITU sintomática en pacientes de edad avanzada es menos conocida. En un estudio, la incidencia de ITU sintomática fue de 0,17/1.000 días en varones no institucionalizados, de 0,9/1.000 días en mujeres que residían en pisos tutelados geriátricos y de 0,1-2,4/1.000 días de estancia en ancianos ingresados en residencias geriátricas 11, Los factores de riesgo de ITU sintomática en el anciano son la edad, el sexo, la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria, las enfermedades de base, la instrumentación urinaria, los problemas de vaciado es decir, cualquier obstrucción anatómica o funcional (vejiga neurógena) y la diabetes 12-14, En varones adultos la incidencia es mucho menor que en mujeres y se estima anualmente en 5-8 ITU/10.000 varones de menos de 65 años de edad 15, Se ha sugerido que se requiere una considerable virulencia de las cepas de E. coli para causar estas ITU 16, Aunque casi todas las ITU en varones se consideran complicadas, un número difícil de definir de las que ocurren en los varones de entre 15 y 50 años de edad son ITU no complicadas 17, En este sentido, a partir de los resultados obtenidos en un estudio reciente en 29 varones menores de 45 años con el primer episodio de ITU a los que se realizó un estudio urológico exhaustivo, los autores sugieren que en este colectivo de pacientes no es necesario realizar una evaluación urológica si clínicamente no existen datos de sospecha de anomalía urológica o funcional 18, Etiología La invasión del aparato urinario sano está restringida a un grupo de microorganismos, conocidos como “uropatógenos”, que son capaces de sobrepasar, soslayar o minimizar los mecanismos de defensa del huésped. Los microorganismos que se aíslan varían según las circunstancias del paciente y sus enfermedades de base. La etiología de las ITU se ve modificada por factores como la edad, el sexo, la presencia de diabetes, las lesiones de médula espinal o la cateterización urinaria. Por ello, microorganismos raramente implicados en ITU de población sana pueden causar enfermedad en pacientes con trastornos anatómicos de la vía urinaria, metabólicos o inmunológicos. La exposición previa a un tratamiento antibiótico y el antecedente de hospitalización también condicionan diferencias en el perfil etiológico y de resistencias. En mujeres, E. coli causa entre el 80 y el 85% de los episodios de cistitis aguda no complicada 19, Staphylococcus saprophyticus, Proteus mirabilis, Streptococcus agalactiae y especies de Klebsiella son responsables de la gran mayoría de los episodios restantes 19,20, Los uropatógenos proceden, la gran mayoría de las veces, de la propia flora intestinal. En PN no complicada los agentes etiológicos son similares a los que causan cistitis no complicada, y su patrón de resistencia a los antibióticos también es similar. En más del 80% de los casos de PN aguda el agente causal es E. coli 9, En la tabla 1 pueden observarse las especies bacterianas aisladas con mayor frecuencia en 2.764 urocultivos de pacientes con infección urinaria extrahospitalaria procedentes de 9 comunidades autónomas de España 21 y en un estudio europeo de mujeres con ITU no complicada 22, Cabe destacar que en el citado estudio europeo las infecciones por P. mirabilis fueron significativamente más frecuentes en mujeres mayores de 50 años (probablemente relacionado con una mayor incidencia de ITU complicada con litiasis renal), y las causadas por S. saprophyticus, más frecuentes en mujeres de menos de 50 años (tabla 1). La etiología de la ITU en los ancianos (> 65 años) varía en función de su estado de salud, del lugar de residencia (institucionalizado o no), de la edad, de la presencia de diabetes, sondaje o patología en la médula espinal, de la instrumentación previa del tracto urinario y de la administración previa de antibióticos. La gran mayoría de los ITU en el anciano no institucionalizado están causadas por una única especie bacteriana. Sin embargo, en presencia de anomalías estructurales y sobre todo en pacientes sondados e instrumentalizados, no es raro aislar más de una especie bacteriana en el urocultivo. El mayor uso de catéteres y de instrumentación en estos pacientes los predispone a infecciones por bacilos gramnegativos como Proteus, Klebsiella, Serratia y Pseudomonas. Los pacientes con diabetes mellitus tienden a estar infectados por Klebsiella, Enterobacter y Candida 23, El espectro de bacterias que causan ITU complicada es mucho más amplio que el de las que causan ITU no complicada. Aunque E. coli sigue siendo el principal agente causal, infecciones por especies de Proteus, Klebsiella, Pseudomonas, Serratia y Providencia, así como por enterococos, estafilococos y hongos, son relativamente más comunes 24,S. saprophyticus es poco frecuente en pacientes de más de 50 años (tabla 1) y es una causa excepcional de ITU complicada. Los microorganismos causales de ITU asociada a sondaje vesical proceden de la flora fecal endógena del propio paciente, modificada por la presión selectiva antibiótica. Con frecuencia son infecciones polimicrobianas, especialmente en los casos de cateterismo prolongado, en donde disminuye la proporción de E. coli y es frecuente el aislamiento de bacilos gramnegativos como P. aeruginosa y K. pneumoniae, de grampositivos como Enterococcus faecalis y de levaduras del género Candida, y además muestran elevadas tasas de resistencia a los antibióticos 24, Resistencia antimicrobiana La resistencia a los antibióticos complica el tratamiento al aumentar la morbilidad y los costes (posibilidad de nueva visita al médico, de nuevo tratamiento, de hospitalización y de uso de antibióticos de más amplio espectro). Las tasas de resistencia han experimentado importantes variaciones, por lo que el tratamiento empírico de la ITU requiere la constante actualización de la sensibilidad antibiótica de los principales uropatógenos causantes de infección urinaria de la zona, país o institución donde se trabaje. No deben utilizarse datos procedentes de otros países, ya que pueden ser diferentes. Como ejemplo, citaremos los hallazgos de Estados Unidos, donde la resistencia de E. coli a las quinolonas es excepcional, y la resistencia al cotrimoxazol sólo recientemente ha alcanzado el 10-20% 25, Por otro lado, en el estudio europeo ECO-SENS Project 22, que incluía a mujeres con ITU baja no complicada, se observaron amplias diferencias de resistencia de E. coli al cotrimoxazol y a las quinolonas entre países del norte (Suecia, Finlandia) y países del sur (Portugal, España). Las diferencias entre países dependen no sólo de variaciones en el tipo y la cantidad de antibióticos utilizados con fines médicos, sino también de diferencias en los antibióticos administrados en veterinaria 26,27, El conocimiento de los patrones de sensibilidad de las bacterias más frecuentes que causan ITU en el ámbito local es importante para seleccionar una terapia empírica apropiada. La Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) recomienda que los clínicos obtengan información sobre las tasas locales de resistencia y que se lleven a cabo estudios periódicos de vigilancia para monitorizar cambios en la sensibilidad antibiótica de los uropatógenos 28, ya que el tratamiento de la ITU no complicada adquirida en la comunidad se instaura generalmente de forma empírica sin la práctica de urocultivo ni antibiograma, a no ser que sea una ITU recurrente. En la tabla 2 se presentan datos recientes de un estudio multicéntrico español sobre sensibilidad antibiótica de E. coli aislados en urocultivos de 2.674 pacientes (80,3% mujeres y 19,7% varones).E. coli se aisló en el 73% de las muestras 21, Asimismo, se muestran los resultados de sensibilidad de E. coli globales y los correspondientes a España del estudio europeo ECO-SENS Project 22, Hay diferencias importantes de sensibilidad antimicrobiana según las zonas, tanto entre las distintas comunidades autónomas como entre España y los distintos países europeos. En este sentido, en nuestro país las tasas de resistencia a la ampicilina, al cotrimoxazol y a las quinolonas son más elevadas que la media europea. Otros estudios han puesto de manifiesto también diferencias dentro del mismo país. Gupta et al 25 encontraban una resistencia al cotrimoxazol del 10% en el este-norte de Estados Unidos, frente al 20% en el oeste y centro-norte. En España, los resultados de estudios recientes indican una alta prevalencia (> 50%) de resistencia de E. coli a las aminopenicilinas (ampicilina y amoxicilina), lo que desaconseja su uso como tratamiento empírico. La tasa de resistencia al cotrimoxazol es también elevada (del 20 al 35%), por lo que en general debe obviarse como terapia empírica 21,29-33, Desde principios de la pasada década de los noventa se observa un continuo aumento de la resistencia de los uropatógenos, y principalmente de E. coli, a las quinolonas. Actualmente, la tasa de resistencia de cepas de E. coli de urocultivos a las fluoroquinolonas oscila entre el 10 y el 30% 21,29-33, La amoxicilina-ácido clavulánico, la cefixima y la nitrofurantoína muestran una buena actividad in vitro, aunque, en el caso de la amoxicilina-ácido clavulánico, una cifra cercana al 6% de los aislados presenta sensibilidad intermedia. Otro antibiótico oral con excelente actividad in vitro es la fosfomicina, actualmente de uso terapéutico específico limitado al tratamiento de las ITU bajas no complicadas y que no suele utilizarse en la alimentación animal ni en veterinaria; más del 98% de los aislados de E. coli de orina de nuestro medio son sensibles 21-23, Sin embargo, es muy probable que los datos aportados estén sesgados, ya que los laboratorios de microbiología no reciben muchas muestras de orina de infecciones urinarias no complicadas (se tratan de forma empírica y en general evolucionan bien) pero sí reciben un porcentaje importante de muestras de orina de recurrencias y de infecciones complicadas, en las que se aíslan las bacterias más resistentes 34,35, Extrapolar datos de ITU complicada o de patógenos hospitalarios tiene sus limitaciones, y se tiende a sobreestimar la resistencia 35, Ello podría explicar las diferencias observadas entre los datos españoles del estudio europeo, donde sólo se incluían aislados de ITU de mujeres de entre 18 y 65 años, con clínica de menos de 7 días, sin PN, ITU recurrente, ITU complicada ni tratamiento antibiótico previo 22, y los del estudio de Andreu et al 21, en el que se incluían pacientes incluso de más de 80 años, y también varones. Cuando se analizan detalladamente los resultados del estudio de Andreu et al 21, se pone de manifiesto que en algunos antibióticos la resistencia varía significativamente según el sexo, la edad, si se trata del primer episodio de ITU, si ésta es recurrente y si es complicada o no. En este estudio, el 40,6% de los aislados de E. coli de varones fue resistente al ciprofloxacino, frente al 23,4% de mujeres (p < 0,01). El 7,6% de los de pacientes de 16 a 30 años era resistente al ciprofloxacino, frente al 43,5% de los de mayores de 60 años (p < 0,01). En otro estudio reciente realizado en un servicio de urgencias de un hospital español, donde se solicitaba urocultivo a toda sospecha de infección urinaria, se encontró que el porcentaje de resistencia de E. coli al norfloxacino y el ciprofloxacino era del 14%, y al ácido nalidíxico, del 20,1%. Cuando se analizaron individualmente los episodios, se observó que en las infecciones complicadas la resistencia a las fluoroquinolonas era del 19,5%, y la resistencia al ácido nalidíxico, del 25,6%, mientras que en las infecciones no complicadas fue del 8,5% y del 14,6%, respectivamente; estas diferencias eran estadísticamente significativas. Asimismo, había diferencias significativas de resistencia a las quinolonas según el sexo, la edad y el tratamiento previo 29, Hummers-Pradier et al 36 consideran la edad avanzada y la ITU complicada como factores de riesgo de presentar cepas resistentes. Son interesantes los trabajos que estudian los factores de riesgo de padecer una ITU por una cepa resistente a los antibióticos. Ena et al 37 encontraron que los factores asociados con infecciones por cepas de E. coli resistentes al ciprofloxacino eran: ITU complicada (anomalías del tracto urinario, cateterización urinaria), edad superior a 65 años y tratamiento previo con quinolonas. Por otro lado, Brown et al 38 hallaron que la toma reciente de cotrimoxazol, la hospitalización reciente, la diabetes mellitus y el haber tenido 3 o más episodios de ITU en el año anterior eran factores de riesgo de presentar un aislado resistente al cotrimoxazol. Por tanto, para iniciar un tratamiento empírico coherente es necesario interpretar correctamente los datos globales de sensibilidad, y para ello hay que tener en cuenta en cada paciente el tipo de ITU (no complicada frente a complicada), si ésta es recurrente o no, el sexo, la edad y la antibioterapia previa reciente. Por ejemplo, en pacientes varones de edad avanzada y que previamente han recibido quinolonas, estaría desaconsejado el empleo de quinolonas. En los últimos años se ha constatado en España y otros países un aumento de las ITU del medio extrahospitalario producidas por cepas de E. coli productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) que, por lo tanto, comportan resistencia a la mayoría de las cefalosporinas, entre ellas la cefuroxima y la cefixima 39,40, Aunque estas infecciones se observaron fundamentalmente en ancianos con comorbilidades y tratamientos antibióticos previos recientes 40, también se han empezado a observar en pacientes sin esos factores de riesgo, lo que constituye un motivo de preocupación. Además, los aislados con BLEE suelen llevar asociada una resistencia a otros grupos de antibióticos, como quinolonas y/o aminoglucósidos, lo que complica el escenario terapéutico. Significado clínico y repercusiones de la resistencia La resistencia complica la elección del tratamiento, provoca cambios en tratamientos empíricos y puede llevar a fallos terapéuticos. En ITU no complicada el significado clínico de la resistencia es más difícil de precisar que en otras infecciones como bacteriemia o meningitis. En primer lugar deberá tenerse en cuenta la historia natural de la infección. En este sentido, es conocido que del 25 al 50% de las cistitis agudas no complicadas se resuelven sin tratamiento en 2-4 semanas 41,42, Por otra parte, los puntos de corte definidos por los organismos internacionales (National Committee for Clinical Laboratory Standards y otros) se basan en los valores séricos que alcanzan los antibióticos. Estos puntos de corte sirven a los laboratorios de microbiología para clasificar una bacteria en sensible, intermedia o resistente a un determinado antibiótico. Muchos antimicrobianos se eliminan por vía renal y se concentran en la orina, por lo que los valores urinarios son muy superiores a los séricos. A modo de ejemplo, con dosis de 250-500 mg de amoxicilina, a las 6 h se obtienen unos valores en orina de 300-1.300 mg/l (el punto de corte de resistencia definido por el NCCLS es > 16 mg/l) y los valores de trimetoprim en orina son 35 veces superiores a los valores séricos 43, También influirá el tipo de ITU que se quiera tratar. Mientras que en la PN deberían tenerse en cuenta los valores en tejido renal, en la cistitis teóricamente la curación podría estar relacionada con los valores urinarios (que en muchos casos son muy superiores a los séricos). Sin embargo, es conocido que los pacientes con clínica de cistitis pueden presentar una infección silente del parénquima renal, especialmente si son ancianos o la clínica es de más de 7 días de evolución. En el trabajo de Raz et al 44 en cistitis agudas no complicadas tratadas con cotrimoxazol, se obtuvo una curación clínica del 54% y una erradicación bacteriológica del 42% en las que el aislado de E. coli era resistente al cotrimoxazol, y una curación clínica del 88% y una erradicación bacteriológica del 86% en las que era sensible. Brown et al 38 encontraron que era mucho más probable un fallo del tratamiento con cotrimoxazol en mujeres con ITU no complicada por E. coli resistente a este antibiótico que cuando era sensible. Al interpretar estos hallazgos debe tenerse en cuenta que, por la historia natural de la cistitis, en ambos grupos del 25 al 50% del total de ellas se resolverían espontáneamente. En PN aguda no complicada la resistencia tiene más importancia. Talan et al 45 trataron 90 episodios con cotrimoxazol y obtuvieron una curación clínica de sólo el 35% y una erradicación bacteriológica del 50% en las PN en las que el aislado de E. coli era resistente al cotrimoxazol, y una curación clínica del 92% y una erradicación bacteriológica del 96% en las que era sensible (p < 0,001). En resumen, la resistencia en ITU no complicada tiene implicaciones clínicas relevantes (aunque no tanto como en otras infecciones sistémicas como la bacteriemia); son superiores en la PN, pero también afectan a los pacientes con cistitis, y además tienen un significado ecológico, ya que las cepas resistentes seleccionadas serán las potenciales causantes de futuras infecciones. Correspondencia: Dr.J.I. Alós. Servicio de Microbiología. Hospital de Móstoles. Río Júcar, s/n.28935 Móstoles. Madrid. España. Correo electrónico: [email protected] Bibliografía Hooton TM, Scholes D, Hughes JP, Winter C, Roberts PL, Stapleton AE, et al. 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