Alivia la picazón – Para calmar la picazón intensa, el profesional a cargo de la atención de tu embarazo puede recomendarte:
Tomar un medicamento recetado denominado «ursodiol» (Actigall, Urso, Urso Forte) que ayuda a disminuir el nivel de bilis en la sangre. Otros medicamentos para aliviar la picazón también pueden ser una opción. Remojar las zonas afectadas en agua fría o tibia.
Es conveniente que hables con el profesional a cargo de la atención de tu embarazo antes de comenzar a tomar cualquier medicamento para tratar la picazón.
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Contents
¿Qué pasa si estoy embarazada y me duele la vesícula?
¿Qué es la colestasis del embarazo? – La colestasis del embarazo es un problema del hígado. Hace más lenta o detiene la circulación normal de bilis que viene de la vesícula. Esto causa comezón y color amarillento en la piel, los ojos y las membranas mucosas (ictericia).
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¿Qué produce la vesícula en el embarazo?
La vesícula envía la bilis al intestino delgado, para mejorar la digestión, mediante contracciones. Durante el embarazo, se produce un aumento de la progesterona, la principal hormona femenina.
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¿Cómo puedo calmar el dolor de la vesícula?
Tratamiento – El tratamiento de la colelitiasis incluye manejo del dolor y, finalmente, extracción de los cálculos. Los calmantes del dolor o analgésicos (ibuprofeno, paracetamol/acetaminofén) pueden ayudar a aliviar el dolor. Además, algunas personas pueden necesitar antibióticos si existen signos de infección de la vesícula o del conducto biliar.
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¿Qué tan peligroso es tener piedras en la vesicula estando embarazada?
Operación de vesícula en el embarazo: ¿qué debo saber? Si estás embarazada, una complicación que puedes estar padeciendo es alguna enfermedad en la vesícula biliar. Esta puede derivar en algunos problemas como una inflamación o “piedras”, entre otros.
Según la gravedad de tu caso, puede ser que no requieras someterte a una intervención, pero si es así, conoce aquí cómo será el tratamiento. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar alguna enfermedad en la vesícula. De hecho, si en la familia de una mujer otras personas la sufren, es más probable que acabe desarrollándola también.
Por este motivo, es posible -como puede ser tu caso- que una la tenga. Normalmente, suele aparecer al final de la gestación o después del parto, pero según la predisposición de cada embarazada, también podría darse al principio, En caso de sufrirla, puede que haya que someterse a una operación.
Veamos en qué consiste la enfermedad y cómo puede tratarse, Para empezar, la vesícula biliar es un órgano hueco de pequeño tamaño que se encuentra bajo el hígado, Su función es fabricar bilis, una sustancia que se encarga de ayudar a que las grasas que llegan al sistema digestivo se digieran mejor. En el momento en el que hay alimentos en el intestino delgado, la vesícula empieza a contraerse para vaciar la bilis en el intestino.
Si la vesícula no se vacía de forma correcta, o si la bilis tiene mucho y no las sales suficientes, dicha vesícula puede generar cálculos (o piedras, como se conocen coloquialmente). Estas son las que pueden derivar en enfermedades en la vesícula biliar como las siguientes: inflamación, infección o cálculos, entre otras complicaciones que retrasan u obstaculizan el flujo de la bilis.
- Las (en especial progesterona) provocan que los tejidos musculares se relajen y esto también afecta a la vesícula biliar.
- Lo que ocurre es que si la vesícula no se contrae lo que debería, una parte de la bilis no puede salir y se queda retenida en ella, lo que hace que se formen sedimentos o cálculos,
Un problema que se da en el embarazo es que el inicio de la enfermedad es difícil de detectar porque a veces los síntomas se suelen confundir con los vómitos o las características de la propia gestación, Para tu tranquilidad, el hecho de que tengas “piedras” no va a afectar de forma directa a tu bebé, pero lo que sí puede hacerlo son las consecuencias de ello.
El tener esos sedimentos te puede causar una inflamación grave y quizá náuseas y vómitos que te impidan alimentar a tu niño. Si estás embarazada, debes saber que el fin principal del tratamiento es intentar disminuir los síntomas y demás complicaciones de la enfermedad, Para ello, lo primero que te recomendarán es que trates de variar tu, esto es porque las grasas hacen que el problema se incremente.
En muchas mujeres, seguir esta medida les es de gran ayuda para aliviar los síntomas, así como hacer ejercicio regularmente también les es positivo, Normalmente, los problemas de vesícula se solucionan bien durante la, pero será el médico el que valore cómo te está afectando la enfermedad, ya que por lo general se evita hacer una operación durante el embarazo.
No obstante, en caso de que la inflamación sea grave, de que haya infección o de que tengas cólicos muy agudos, entonces sí que se consideraría que te sometieras a una intervención para no tener problemas más serios, En ocasiones, esta operación se puede hacer mediante una laparoscopia, con la que la vesícula es extraída haciendo dos cortes pequeños en el y utilizando un aparato que permite operar gracias a una cámara minúscula y unos instrumentos que se introducen en la zona abdominal mediante unos tubos finitos, en lugar de hacer una incisión tradicional.
: Operación de vesícula en el embarazo: ¿qué debo saber?
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¿Qué alimentos inflaman la vesícula?
Lo que sí y lo que no puedes comer – Una vez que surjan estos síntomas es importante acudir al médico, para que realice un diagnóstico adecuado y aconseje una alimentación acorde con la patología. Lo habitual es que recomiende iniciar una dieta blanda, La más acertada se compone de:
Alimentos libres de grasas, aceites y condimentos.Cocinados al horno, a la plancha, al vapor, a la olla o sopas, huyendo de las frituras.Huevos revueltos, lácteos y derivados, desnatados.Cereales y patatas.Frutas y verduras frescas en general, ensaladas de hojas verdes aliñadas con aceite de oliva y vinagre.Carnes magras.Hidratación suficiente (de 2 a 2,5 litros al día).
Asimismo el médico también indica que hay que huir de los alimentos que no favorecen la vesícula, como:
Cualquier comida o bebida denominada “light”.Yemas de huevo, por su alto colesterol. Huevos duros.Carnes rojas, embutidos y patés.El exceso de grasa puede producir piedras en la vesícula.Pescado azul.Verduras y hortalizas que producen gases, como la coliflor, el repollo o los pimientos.Frutas ácidas o confitadas.Aceites, frituras y frutos secos como las nueces y almendras o encurtidos como las aceitunas.Dulces, por su alto contenido en azúcar, que dificultan su digestión.Comida picante.Bebidas con estimulantes, como el café, el té o el alcohol.
¿Por qué se inflama la vesícula?
Causas – La colecistitis ocurre cuando la vesícula se inflama. Las causas de la inflamación de la vesícula pueden ser:
- Cálculos biliares. Con mayor frecuencia, la colecistitis se produce a causa de partículas duras que se forman en la vesícula (cálculos biliares). Los cálculos biliares pueden obstruir el tubo (conducto cístico) por el que fluye la bilis cuando sale de la vesícula. La bilis se acumula y causa la inflamación.
- Tumor. Un tumor puede evitar que la bilis drene de la vesícula de forma adecuada, lo que causa la acumulación de bilis que puede provocar colecistitis.
- Obstrucción de las vías biliares. La torsión o la formación de cicatrices de las vías biliares pueden causar obstrucciones que provoquen colecistitis.
- Infecciones. El sida y ciertas infecciones virales pueden ocasionar la inflamación de la vesícula.
- Problemas en los vasos sanguíneos. Una enfermedad muy grave puede dañar los vasos sanguíneos y disminuir el flujo de sangre hacia la vesícula, lo que da lugar a la colecistitis.
¿Cómo limpiar la vesícula rápido?
¿Qué es una limpieza de la vesícula? ¿Es un modo efectivo de eliminar los cálculos biliares? – Respuesta de Brent A. Bauer, M.D. Una limpieza de la vesícula — también conocida como limpieza de vesícula o de hígado — es un remedio alternativo para librar al cuerpo de cálculos.
Pero no hay ninguna evidencia fidedigna que demuestre que una limpieza de vesícula sea útil para prevenir o tratar los cálculos ni ninguna otra enfermedad. En la mayoría de los casos, la limpieza de la vesícula implica comer o tomar una combinación de aceite de oliva, hierbas, y algún tipo de jugo de fruta durante varias horas.
Los defensores declaran que la limpieza de la vesícula ayuda a desintegrar los cálculos y estimula la vesícula para que los expulse con las heces. Aunque el aceite de oliva pueda actuar como laxante, no hay ninguna evidencia que sea un tratamiento efectivo para los cálculos biliares.
Las personas que prueban la limpieza de la vesícula quizás vean lo que parece ser cálculos biliares en sus heces el próximo día. Pero en realidad lo que ven son concentraciones de aceite, jugo y otros materiales. La limpieza de la vesícula tiene riesgos. Algunas personas tienen náuseas, vómitos, diarrea, y dolor abdominal durante el período que dura la limpieza.
Los ingredientes que se usan para la limpieza de la vesícula pueden presentar sus propios riesgos para la salud. Los cálculos biliares que no causan síntomas generalmente no requieren tratamiento. Si tienes cálculos biliares que requieren tratamiento, habla sobre opciones de tratamiento con tu médico, como extracción por medio de cirugía, pastillas de sales biliares, o terapia con ondas sonoras.
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¿Que le hace el limón a la vesícula?
El limón, por su pecularidad cítrica, tiende a disolver los cálculos biliares, que causan molestia. El cardo mariano contribuye en la regeneración del hígado.12 de febrero de 2020 (20:00 h.) La colecistitis es la inflamación de la vesícula biliar que, en muchos casos, tiene su origen en la acumulación de cálculos en este órgano. La vesícula biliar es un órgano que se sitúa debajo del hígado, por debajo de las costillas del lado derecho. Contiene bilis, una sustancia que produce el hígado y que participa en el proceso digestivo. En concreto, en la digestión de las grasas. No obstante, en algunos casos se pueden formar cálculos y causar una inflamación al acumularse la bilis.
Esto provoca un dolor abdominal intenso. Además, estos cálculos obstruyen los conductos, lo cualpuede llegar a ser peligroso si no se trata a tiempo. REMEDIOS CASEROS El jugo de limón y aceite de oliva es uno de los remedios naturales más sencillos y económicos. Algunos tratamientos antiguos incluyen esta fruta cítrica para disolver los cálculos.
A veces, la combinan con otros ingredientes medicinales como el aceite de oliva. En algunas páginas de internet se puede encontrar la información para realizar una limpieza del hígado y la vesícula con cítricos, aceite de oliva y sales de magnesio. Sin embargo, esta terapia conlleva riesgos para la salud y no debería efectuarse sin supervisión médica previa.
En cambio, sí que podemos tomar cada día, en ayunas, una cucharada de aceite de oliva con una cucharada de aceite de limón. De este modo facilitamos la función del hígado y la vesícula de manera progresiva y natural. La suplementación oral con curcumina, que es el principio activo de la cúrcuma, ha demostrado resultados eficaces en el tratamiento de la colecistitis, según asegura un estudio de la Universidad de Texas.
La mayor parte de los pacientes que se sometieron a este estudio mejoró en un periodo de tres semanas, tanto en la presencia de cálculos como en el volumen agrandado de la vesícula. Aunque se requieren más investigaciones al respecto, parece que la curcumina estimularía la contracción del órgano biliar.
- Esto ayudaría a reducir la formación de cálculos y también a facilitar su vaciamiento.
- Este suplemento presenta la ventaja de que no conlleva efectos adversos, aunque no en un tratamiento prolongado.
- De todos modos, se recomienda la consulta médica para hacer un diagnóstico, seguimiento y determinar la dosis adecuada.
El cardo mariano es otra opción. La planta medicinal se destaca por sus propiedades para mejorar la función del hígado. Además, su peculiaridad consiste en que podría, incluso, incidir en la regeneración de los tejidos de este órgano en caso de estar dañado, tal y como afirma un estudio realizado por la China Medical University.
ANTE UN CÓLICO Frente a un cólico biliar, es necesario: – No ingerir alimentos hasta que la molestia haya pasado. – Tomar abundante agua. También es aconsejable beber jugo de manzana natural, sin adicionarle azúcar. – Una vez que el malestar haya cedido, no es recomendable ingerir productos que provoquen acidez o contengan altos niveles de grasas. MITO DE LAS PIEDRAS De acuerdo con un artículo en el sitio digital certificado por la doctora Rosana Rodríguez, existen mitos sobre las piedras biliares. – La alimentación equilibrada, aunque es siempre recomendable para llevar una vida sana, no implica que las piedras sean expulsadas. -Tomar agua ayuda a desinflamar el órgano, pero no a la eliminación de los cálculos. RIESGOS Cuando las piedras salen de la vesicula pueden producirse tres situaciones: – Cólico biliar: dolor agudo en la zona derecha del abdomen. – Colecistitis aguda: se produce cuando la piedra que egresa de la vesícula obstaculiza la salida de la bilis. El órgano se inflama y se llena de pus. Lo más viable es la operación. – Pancreatitis aguda: la piedra sale y obstruye el conducto del páncreas. Puede ser mortal.
¿Cómo desinflamar la vesícula de forma natural?
– Aplicar calor puede calmar y aliviar el dolor. Para la salud de la vesícula biliar, una compresa caliente puede calmar los espasmos y aliviar la presión de la acumulación de bilis. Para aliviar el dolor de la vesícula biliar, moja una toalla con agua tibia y aplícala en el área afectada durante 10 a 15 minutos.
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¿Cómo limpiar la vesícula con limón?
¿ Cómo limpiar la vesícula? En resumen, debes consumir en ayunas una cucharada de aceite de oliva con limón. La combinación de estas dos sustancias estimula la vesícula biliar ayudando a eliminar todos los desechos allí acumulados.
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¿Que no se puede comer cuando estás mal de la vesícula?
¿Cómo puede cuidarse en el hogar? –
Coma varias comidas pequeñas y refrigerios cada día, en lugar de tres comidas grandes. Opte por carnes magras.
No coma más de 5 a 6½ onzas de carne al día. Descarte toda la grasa que pueda ver. Coma pollo y pavo sin piel. Muchos tipos de pescado, como el salmón, la trucha de lago, el atún y el arenque proveen grasa omega-3 saludable. Pero evite el pescado enlatado en aceite, como las sardinas en aceite de oliva. Cocine las carnes, las aves o el pescado al horno, a la parrilla o asados en lugar de freírlos con mantequilla o grasa.
Tome leche descremada o semidescremada y coma yogur, queso u otros derivados lácteos sin grasa o bajos en grasa todos los días.
Lea las etiquetas de los quesos, y escoja los que tengan menos de 5 gramos de grasa por onza. Pruebe la crema agria, el queso para untar o el yogur descremados. Evite las sopas tipo crema y las salsas cremosas para la pasta. Tome helado bajo en grasa, yogur helado o sorbetes. Evite el helado común.
Consuma cereales, pan, galletas, arroz o pasta de granos integrales. Evite los alimentos altos en grasa como medialunas (“croissants”), bollos, bizcochos, gofres (“waffles”), rosquillas (“donuts”), magdalenas (“muffins”), granola y pan rico en grasa. Condimente los alimentos con hierbas y especias (tales como albahaca, estragón o menta), salsas sin grasa o jugo de limón en lugar de mantequilla.
- También puede usar sustitutos de la mantequilla, mayonesa sin grasa y aderezo sin grasa.
- Pruebe a hacer puré de manzana, puré de ciruelas pasas o puré de bananas (plátanos) para reemplazar alguna o toda la grasa cuando haga comidas al horno.
- Limite el uso de grasa y aceite, tales como mantequilla, margarina, mayonesa y aderezo para ensaladas, a no más de 1 cucharada por comida.
Evite los alimentos ricos en grasa, como:
El chocolate, la leche entera, el helado y el queso procesado. Alimentos fritos o con mantequilla. Salchicha, salami y tocino. Rollos de canela, pasteles, tartas, galletas y otro tipo de pastelería. Los refrigerios preparados, como papas fritas, barritas de nueces y granola, así como nueces mixtas. Coco y aguacate (palta).
Aprenda a leer las etiquetas de los alimentos para conocer el tamaño de las porciones y los ingredientes. En general, las comidas rápidas y las comidas preparadas contienen mucha grasa.
¿Qué pasa si estoy embarazada y me operan?
Durante los nueve meses que dura un embarazo existen probabilidades de que la mujer embarazada tenga que someterse a alguna cirugía de urgencia: apendicitis, vesícula, accidente de tráfico, etc. Y, claro, aquí surgen las dudas de muchas gestantes: ¿ la cirugía durante el embarazo es peligrosa? Es cierto que como cualquier intervención o medicación a la que se tenga que ver sometida una embarazada, debemos sopesar los pros y los contras. Evidentemente cuando también el feto está implicado, debemos de estar seguros que el beneficio supera con creces los riesgos.
Es por eso que, si no es estrictamente necesario, una mujer que espera un hijo no tomará medicaciones alegremente, al igual que tampoco se someterá a una cirugía, y solo lo hará en los casos que sea imprescindibles. Algunos estudios hablan de que 1 de cada 500 embarazadas pasarán por quirófano en algún momento durante su gestación, por motivos diferentes a los obstétricos (aunque esta cifra podría ser superior según la fuente consultada), así que nos deberíamos preguntar si estar embarazada supone un factor de riesgo frente a las mujeres que no esperan un bebé.
Existe un estudio titulado “Los efectos de la cirugía durante el embarazo”, realizado por Hunter B. Moore, en el que se analizaba la mortalidad y la morbilidad de dos grupos de mujeres: uno no embarazado y el otro sí. Entendemos la mortalidad como la posibilidad de morir relacionada con la cirugía, y esta se contemplaba en la misma mesa de quirófano y se hacía un seguimiento a los 30 días.
Curiosamente, era similar en los dos grupos. Lo mismo ocurría con la morbilidad, que es la posibilidad de que surjan complicaciones relacionadas con el proceso ( neumonías, infecciones, sepsis, tromboembolismos, fallo renal, etc). El porcentaje de afectación era muy similar en ambos grupos. Así que podríamos afirmar que efectivamente son compatibles la cirugía y el embarazo en el caso de que la mujer necesite ser sometida a una intervención durante la gestación, aunque es cierto que estos estudios solo contemplaban el bienestar de la madre, y no el del feto.
Se sabe que el riesgo de aborto está en torno al 4% en casos en los que la mujer es sometida a una operación de apendicitis, por ejemplo. Sin embargo, es preciso anteponer la vida de la madre en los casos en los que esta esté en riesgo. Por trimestres, podríamos decir que el momento en el que existen mayores probabilidades de evitar efectos nocivos para el feto es el segundo trimestre, sin embargo no podemos decidir en la mayoría de los casos cuando operar, ya que las intervenciones a las que se ve sometida la mujer suelen ser situaciones de urgencia, en los que no podemos demorar en su realización.
La anestesia que se usa, por lo general, no supone un mayor riesgo para la mujer, y en principio no tiene por qué afectar el desarrollo y el bienestar del futuro bebé. Evidentemente si una mujer debe verse sometida a una intervención quirúrgica durante el embarazo, además de estar controlada por el médico- cirujano de la especialidad determinada, será también supervisada por sus obstetras de manera más intensiva, ya que deben cerciorarse del bienestar del bebé y de la gestación.
Puedes leer más artículos similares a Riesgos de someterse a una cirugía durante el embarazo, en la categoría de Enfermedades – molestias en Guiainfantil.com.
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¿Dónde se siente el dolor de la vesícula?
¿Cuáles son los síntomas de los cálculos biliares? – Cuando los cálculos biliares obstruyen los conductos biliares, la bilis se acumula en la vesícula biliar y causa un ataque de la vesícula biliar, lo que se conoce también como cólico biliar. Los ataques de la vesícula biliar generalmente causan dolor en la parte superior derecha del abdomen, que dura a veces varias horas.
- Los ataques de la vesícula biliar a menudo se presentan después de consumir alimentos pesados y generalmente ocurren al atardecer o durante la noche.
- Si la persona ha tenido un ataque de la vesícula biliar, probablemente tendrá más.
- Los ataques de la vesícula biliar generalmente cesan cuando los cálculos biliares se mueven y ya no obstruyen los conductos biliares.
Sin embargo, si alguno de los conductos biliares permanece obstruido durante más de unas pocas horas, el paciente puede presentar complicaciones de los cálculos biliares. Los cálculos biliares que no obstruyen los conductos biliares no causan síntomas. Cuando aparecen los cálculos biliares que obstruyen los conductos biliares, la bilis se acumula en la vesícula biliar y causa un ataque de la vesícula biliar.
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¿Qué pasa si estoy embarazada y me operan?
Durante los nueve meses que dura un embarazo existen probabilidades de que la mujer embarazada tenga que someterse a alguna cirugía de urgencia: apendicitis, vesícula, accidente de tráfico, etc. Y, claro, aquí surgen las dudas de muchas gestantes: ¿ la cirugía durante el embarazo es peligrosa? Es cierto que como cualquier intervención o medicación a la que se tenga que ver sometida una embarazada, debemos sopesar los pros y los contras. Evidentemente cuando también el feto está implicado, debemos de estar seguros que el beneficio supera con creces los riesgos.
Es por eso que, si no es estrictamente necesario, una mujer que espera un hijo no tomará medicaciones alegremente, al igual que tampoco se someterá a una cirugía, y solo lo hará en los casos que sea imprescindibles. Algunos estudios hablan de que 1 de cada 500 embarazadas pasarán por quirófano en algún momento durante su gestación, por motivos diferentes a los obstétricos (aunque esta cifra podría ser superior según la fuente consultada), así que nos deberíamos preguntar si estar embarazada supone un factor de riesgo frente a las mujeres que no esperan un bebé.
Existe un estudio titulado “Los efectos de la cirugía durante el embarazo”, realizado por Hunter B. Moore, en el que se analizaba la mortalidad y la morbilidad de dos grupos de mujeres: uno no embarazado y el otro sí. Entendemos la mortalidad como la posibilidad de morir relacionada con la cirugía, y esta se contemplaba en la misma mesa de quirófano y se hacía un seguimiento a los 30 días.
- Curiosamente, era similar en los dos grupos.
- Lo mismo ocurría con la morbilidad, que es la posibilidad de que surjan complicaciones relacionadas con el proceso ( neumonías, infecciones, sepsis, tromboembolismos, fallo renal, etc).
- El porcentaje de afectación era muy similar en ambos grupos.
- Así que podríamos afirmar que efectivamente son compatibles la cirugía y el embarazo en el caso de que la mujer necesite ser sometida a una intervención durante la gestación, aunque es cierto que estos estudios solo contemplaban el bienestar de la madre, y no el del feto.
Se sabe que el riesgo de aborto está en torno al 4% en casos en los que la mujer es sometida a una operación de apendicitis, por ejemplo. Sin embargo, es preciso anteponer la vida de la madre en los casos en los que esta esté en riesgo. Por trimestres, podríamos decir que el momento en el que existen mayores probabilidades de evitar efectos nocivos para el feto es el segundo trimestre, sin embargo no podemos decidir en la mayoría de los casos cuando operar, ya que las intervenciones a las que se ve sometida la mujer suelen ser situaciones de urgencia, en los que no podemos demorar en su realización.
- La anestesia que se usa, por lo general, no supone un mayor riesgo para la mujer, y en principio no tiene por qué afectar el desarrollo y el bienestar del futuro bebé.
- Evidentemente si una mujer debe verse sometida a una intervención quirúrgica durante el embarazo, además de estar controlada por el médico- cirujano de la especialidad determinada, será también supervisada por sus obstetras de manera más intensiva, ya que deben cerciorarse del bienestar del bebé y de la gestación.
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