Analgésicos Usted esta aquí: https://medlineplus.gov/spanish/painrelievers.html Otros nombres: Calmantes para el dolor, Medicamentos para el dolor Los analgésicos son medicinas que reducen o alivian los dolores de cabeza, musculares, artríticos o muchos otros achaques y,
Existen muchos tipos diferentes de analgésicos y cada uno tiene sus ventajas y riesgos. Algunos tipos de dolor responden mejor a determinadas medicinas que a otras. Además, cada persona puede tener una respuesta ligeramente distinta a un analgésico. Los medicamentos de son buenos para combatir muchos tipos de dolor.
Existen dos tipos principales de analgésicos sin receta: acetaminofén (Tylenol) y antiinflamatorios no esteroideos. La aspirina, el naproxeno (Aleve) y el ibuprofén (Advil, Motrin) son ejemplos de antiinflamatorios no esteroideos sin receta. Si los medicamentos sin receta no le alivian el dolor, el médico puede indicarle algo más fuerte.
Muchos de estos antiinflamatorios se encuentran disponibles en mayores dosis con receta médica. Los analgésicos más potentes son los, Estos son muy efectivos pero a veces pueden causar graves efectos secundarios. También está el riesgo de provocar adicción. Por ello, usted debe tomarlos solamente bajo supervisión médica.
Existen muchas cosas que puede hacer para combatir el dolor. Los analgésicos son sólo una parte del plan de tratamiento. La información disponible en este sitio no debe utilizarse como sustituto de atención médica o de la asesoría de un profesional médico.
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Contents
¿Qué tipo de fármaco se administra para disminuir el dolor y la inflamación?
Generalidades – Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) reducen la fiebre y la inflamación y alivian el dolor. Como ejemplos de AINE se incluyen la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno. Asegúrese de seguir las precauciones para los medicamentos de venta libre,
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¿Qué es bueno para el dolor de los nervios?
La fenitoína, la carbamazepina, la gabapentina, la pregabalina, la duloxetina y los antidepresivos tricíclicos como la nortriptilina pueden reducir los dolores punzantes que algunas personas experimentan. Los analgésicos opiáceos, como la morfina o el fentanilo, pueden ser necesarios para controlar el dolor muy fuerte.
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¿Que tomar si tengo dolor e inflamación?
¿Qué son los antiinflamatorios? – Los antiinflamatorios son los medicamentos cuya función es la de detener o reducir la inflamación de una parte concreta del organismo. Esto suele conllevar una disminución del dolor asociado, produciendo también un efecto analgésico.
- Por ejemplo, al reducir la inflamación de la garganta, el dolor y malestar también se reducen.
- Otra función de los antiinflamatorios es la de servir como antitérmicos para combatir la fiebre.
- Los antiinflamatorios más conocidos que podemos adquirir sin receta en la farmacia son los ” AINES ” (Antiinflamatorios No Esteroideos), entre ellos el ibuprofeno, el dexketoprofeno o el naproxeno,
Los AINES son muy populares pero no hay que confiarse, ya que un exceso o mal consumo puede provocar problemas en el sistema digestivo, deteriorar el riñón y aumentar la presión arterial. Por esta razón, aunque sean medicamentos cotidianos, es muy importante seguir las indicaciones de los profesionales sanitarios.
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¿Qué más fuerte la morfina o el tramadol?
Se ha estimado que la potencia analgésica del tramadol es 10 veces menor que la de la morfina.
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¿Qué organos afecta el tramadol?
¿Qué es el tramadol? – Es un analgésico opioide que tiene efecto sobre la percepción de dolor tanto donde se produce la lesión como en el sistema nervioso central y el periférico. Actúa sobre la velocidad de transmisión y la intensidad de la señal dolorosa haciendo que “sientas” menos dolor. Es importante que sepas que el Tramadol no tiene ningún efecto antiinflamatorio : no previene ni disminuye la inflamación de los tejidos.
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¿Qué es mejor tramadol o naproxeno?
La administración de naproxeno o tramadol indujo una analgesia tanto en la fase I como en la fase II de tipo dosis dependiente, siendo el más potente de estos dos analgésicos el tramadol. La coadministración de ambos fármacos en proporción 1:1 de sus DE produjo un efecto sinérgico en ambas fases del ensayo.
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¿Qué medicamentos no se deben mezclar con tramadol?
Pulse aquí para ver el documento en formato PDF. Prospecto: Información para el usuario Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain 37,5 mg/325 mg comprimidos recubiertos con película EFG Hidrocloruro de tramadol / Paracetamol Lea todo el prospecto detenidamente antes de empezar a tomar este medicamento, porque contiene información importante para usted.
- Conserve este prospecto, ya que puede tener que volver a leerlo.
- Si tiene alguna duda, consulte a su médico o farmacéutico.
- Este medicamento se le ha recetado solamente a usted, y no debe dárselo a otras personas aunque tengan los mismos síntomas que usted, ya que puede perjudicarles.
- Si experimenta efectos adversos, consulte a su médico o farmacéutico, incluso si se trata de efectos adversos que no aparecen en este prospecto.
Ver sección 4. Contenido del prospecto 1. Qué es Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain y para qué se utiliza 2. Qué necesita saber antes de empezar a tomar Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain 3. Cómo tomar Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain 4. Posibles efectos adversos 5.
- Conservación de Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain 6.
- Contenido del envase e información adicional Tramadol/paracetamol se utiliza para el tratamiento del dolor moderado o intenso.
- Su médico le recetará este medicamento si considera que es recomendable una combinación de hidrocloruro de tramadol y paracetamol.
Tramadol/paracetamol sólo debe ser utilizado por adultos y adolescentes mayores de 12 años. No tome Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain • Si es alérgico al tramadol, paracetamol o a alguno de los demás componentes de este medicamento (incluidos en la sección 6).
En caso de intoxicación alcohólica aguda. • Si está tomando somníferos, calmantes del dolor o medicamentos que afecten al estado de ánimo y las emociones. • Si está tomando también medicamentos de los llamados inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) o en las dos semanas siguientes a la interrupción de dicho tratamiento.
Los IMAO se utilizan para el tratamiento de la depresión o la enfermedad de Parkinson. • Si padece una enfermedad grave del hígado. • Si padece epilepsia no controlada adecuadamente con su medicación actual. Advertencias y precauciones Consulte a su médico o farmacéutico antes de empezar a tomar Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain.
Si sufre problemas graves de riñón. En ese caso no se recomienda el uso de tramadol/paracetamol. En caso de problemas de riñón moderados, el intervalo entre dosis debe prolongarse hasta las 12 horas. • Si sufre problemas de hígado o una enfermedad hepática, porque sus ojos y su piel pueden ponerse de color amarillento, lo que indica ictericia.
• Si tiene dificultades graves para respirar, por ejemplo, asma o problemas de pulmón graves. • Si tiene dependencia a algún medicamento (por ejemplo, morfina). • Si ha sufrido recientemente alguna lesión o golpe en la cabeza o dolores de cabeza intensos asociados a vómitos (sensación de mareo).
- Si tiene epilepsia o ha sufrido ya ataques o convulsiones.
- Si tiene una disminución del nivel de consciencia por motivos desconocidos.
- En todos los casos descritos anteriormente, este medicamento debe utilizarse sólo con precaución.
- El tramadol no debe utilizarse como terapia de sustitución en pacientes dependientes de opioides, ya que no suprime los síntomas de abstinencia de la morfina.
El tramadol puede producir convulsiones incluso a las dosis recomendadas. Por lo tanto, los pacientes epilépticos controlados mediante un tratamiento o aquellos susceptibles de ataques o convulsiones no deben ser tratados con tramadol/paracetamol a menos que ello sea absolutamente necesario.
El uso frecuente y durante periodos de tiempo largos de medicamentos para el dolor, como el tramadol, puede producir dolores de cabeza más graves y más frecuentes. En estos casos, consulte con un médico, pero no aumente la dosis de analgésico. Tramadol es transformado en hígado por una enzima. Algunas personas tienen una variación de esta enzima y esto puede afectar a cada persona de formas diferentes.
En algunas personas, es posible que no se consiga un alivio suficiente del dolor, mientras que otras personas tienen más probabilidades de sufrir efectos adversos graves. Si nota cualquiera de los siguientes efectos adversos, debe dejar de tomar este medicamento y consultar con un médico de inmediato: respiración lenta o superficial, confusión, somnolencia, pupilas contraídas, malestar general o vómitos, estreñimiento, falta de apetito.
Niños y adolescentes Uso en niños con problemas respiratorios: No se recomienda el uso de tramadol en niños con problemas respiratorios, ya que los síntomas de la toxicidad por tramadol pueden empeorar en estos niños. Abuso A dosis terapéuticas, el tramadol puede causar síntomas de abstinencia. Se han comunicado casos raros de dependencia y abuso.
Cirugía El uso de tramadol con los anestésicos enflurano y óxido nitroso durante la anestesia general puede potenciar el recuerdo intraoperatorio. Hasta que se disponga de más información, debe evitarse el uso de tramadol durante la anestesia ligera. Toma de Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain con otros medicamentos Informe a su médico o farmacéutico si está tomando, ha tomado recientemente o pudiera tener que tomar cualquier otro medicamento.
Tramadol/paracetamol no debe tomarse junto con : Inhibidores de la MAO (utilizados en el tratamiento de la depresión o la enfermedad de Parkinson), ya que existe riesgo de sufrir un síndrome serotoninérgico. Los síntomas del síndrome serotoninérgico incluyen diarrea, aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración, temblor, confusión e incluso coma.
En caso de tratamiento reciente con inhibidores de la MAO, se debe esperar un plazo de dos semanas antes de iniciar el tratamiento con tramadol. Tramadol/paracetamol no debería tomarse junto con : • Carbamazepina (un medicamento utilizado para tratar la epilepsia y algunos tipos de dolor).
- Si toma estos medicamentos simultáneamente, se reducirá la eficacia y la duración del efecto del tramadol.
- Analgésicos (buprenorfina, nalbufina, pentazocina).
- Si toma estos medicamentos simultáneamente, se reducirá el efecto analgésico de tramadol/paracetamol, con riesgo de aparición de síndrome de abstinencia.
Tramadol/paracetamol tampoco debería tomarse junto con : • Medicamentos serotoninérgicos, tales como inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS, utilizados para tratar la depresión) y triptanes (utilizados para la migraña). Si toma estos medicamentos simultáneamente, puede sufrir un síndrome serotoninérgico.
Los signos del síndrome serotoninérgico son, por ejemplo, confusión, intranquilidad, fiebre, sudoración, falta de coordinación, reflejos exagerados, contracción involuntaria de los músculos y diarrea. • Otros derivados opioides (incluyendo medicamentos para la tos y tratamientos de sustitución), barbitúricos y benzodiazepinas (sedantes).
Si toma estos medicamentos simultáneamente, puede aumentar el riesgo de depresión respiratoria, que puede ser mortal en caso de sobredosis. • Otros depresores del sistema nervioso central, ansiolíticos (utilizados para reducir el miedo), hipnóticos, antidepresivos sedantes, antihistamínicos sedantes (utilizados para tratar las alergias), neurolépticos (utilizados para tratar la psicosis), medicamentos antihipertensivos de acción central (utilizados para reducir la presión sanguínea), talidomida (un sedante) y baclofeno (un relajante muscular).
Estos medicamentos pueden agravar la depresión central. El efecto sobre el estado de alerta puede hacer peligrosa la conducción de vehículos y el manejo de máquinas. • Medicamentos similares a la warfarina (utilizados para evitar la formación de coágulos). Su médico puede tener que evaluar el tiempo de protrombina regularmente.
• Otros medicamentos que, según se sabe, inhiben la enzima hepática “CYP3A4”, como el ketoconazol y la eritromicina. • Medicamentos que reducen el umbral de convulsión, como bupropión, antidepresivos inhibidores de recaptación de serotonina, antidepresivos tricíclicos y neurolépticos.
- Si toma tramadol junto con estos medicamentos, puede aumentar el riesgo de convulsiones.
- Metoclopramida o domperidona (medicamentos utilizados para tratar las náuseas y vómitos/sensación de mareo).
- Puede aumentar la absorción del paracetamol si toma estos medicamentos simultáneamente.
- Colestiramina (medicamento utilizado para reducir el colesterol en la sangre), ya que puede reducir la absorción de tramadol/paracetamol.
• Si ha tomado ondansetrón (utilizado para tratar las náuseas), puede alterarse la efectividad de tramadol/paracetamol. El riesgo de efectos adversos aumenta: • Si está tomando medicamentos que faciliten o puedan provocar crisis convulsivas como es el caso de ciertos antidepresivos o antipsicóticos.
El riesgo de crisis convulsivas aumenta si toma tramadol/paracetamol de forma simultánea a éstos medicamentos. Su médico le dirá si tramadol/paracetamol es adecuado para usted. • Si está tomando medicamentos para el tratamiento de la depresión. Tramadol/paracetamol puede interaccionar con estos medicamentos y puede experimentar síntomas tales como contracciones involuntarias rítmicas de los músculos, incluyendo los músculos que controlan el movimiento del ojo, agitación, sudoración excesiva, temblores, reflejos exagerados, aumento de la tensión muscular, temperatura corporal por encima de 38°C.
El uso simultáneo de tramadol/paracetamol y medicamentos sedantes, como benzodiazepinas o medicamentos relacionados, aumenta el riesgo de somnolencia, dificultad para respirar (depresión respiratoria), coma y puede producir la muerte. Por este motivo, el uso simultáneo sólo se debe considerar cuando no sean posibles otras opciones de tratamiento.
Sin embargo, si su médico le prescribe tramadol/paracetamol junto con medicamentos sedantes, le debe limitar la dosis y la duración del tratamiento simultáneo. Informe a su médico sobre todos los medicamentos sedantes que esté tomando y siga atentamente la dosis recomendada por su médico. Podría ser conveniente pedir a amigos o familiares que estén atentos a los signos y síntomas indicados anteriormente.
Póngase en contacto con su médico si experimenta dichos síntomas. Toma de Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain con alimentos, bebidas y alcohol Tramadol/paracetamol se puede tomar con o sin alimentos. No debe beber alcohol durante el tratamiento, ya que el alcohol aumenta el efecto sedante de tramadol/paracetamol.
- Embarazo y lactancia Si está embarazada o en periodo de lactancia, cree que podría estar embarazada o tiene intención de quedarse embarazada, consulte a su médico o farmacéutico antes de utilizar este medicamento.
- Embarazo No debe utilizar este medicamento durante el embarazo.
- El tratamiento a largo plazo durante el embarazo puede provocar síntomas de abstinencia en el recién nacido como consecuencia de la habituación.
En caso necesario, se puede utilizar paracetamol durante el embarazo. Debe utilizar la dosis más baja posible que reduzca el dolor o la fiebre y utilizarla durante el menor tiempo posible. Contacte con su médico si el dolor o la fiebre no disminuyen o si necesita tomar el medicamento con más frecuencia.
Lactancia Tramadol puede pasar a la leche materna. Por esta razón, no debe tomar tramadol/paracetamol más de una vez durante la lactancia o, de lo contrario, si toma tramadol/paracetamol más de una vez, debe suspender la lactancia. Conducción y uso de máquinas Este medicamento puede causar somnolencia o mareo, que pueden verse potenciados por el alcohol u otros depresores, que reaccionan con el sistema nervioso central.
No conduzca ni maneje máquinas si se nota con sueño o mareado. Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain contiene sodio Este medicamento contiene menos de 23 mg de sodio (1 mmol) por comprimido; esto es, esencialmente “exento de sodio”. Siga exactamente las instrucciones de administración de este medicamento indicadas por su médico.
- En caso de duda, consulte de nuevo a su médico o farmacéutico.
- La dosis recomendada es: Adultos y adolescentes (mayores de 12 años) : • La dosis debe ser ajustada a la intensidad del dolor y a su sensibilidad individual.
- Normalmente se debe usar la menor dosis posible que produzca alivio del dolor.
- Se recomienda una dosis inicial de 1 comprimido por la mañana y 1 comprimido por la noche.
El intervalo entre dos administraciones no debe ser inferior a 6 horas. • Si es necesario, puede tomar más comprimidos al día, pero no debe superar la dosis diaria máxima de 8 comprimidos (equivalente a 300 mg de tramadol y 2.600 mg de paracetamol) y no debe tomar otros medicamentos que contengan paracetamol o hidrocloruro de tramadol, con el fin de evitar la sobredosis.
Pacientes de edad avanzada (mayores de 65 años) : • Puede utilizarse la dosis normal recomendada para adultos y adolescentes. • En pacientes mayores de 75 años, se recomienda que el intervalo entre dosis no sea inferior a 6 horas debido a la presencia de tramadol. • En pacientes de edad avanzada (mayores de 75 años) la eliminación de tramadol puede ser lenta.
Si este es su caso, su médico podría recomendarle prolongar los intervalos de dosificación. Pacientes con enfermedad hepática o renal grave (insuficiencia)/pacientes en diálisis Si padece alguna enfermedad grave de hígado o riñón, el tratamiento con tramadol/paracetamol no está recomendado.
Si padece trastornos moderados de hígado o riñón su médico podría prolongar los intervalos de dosificación. Forma de administración: • Tome los comprimidos por vía oral. • Trague los comprimidos enteros, con una cantidad suficiente de líquido (p. ej. un vaso de agua de 200 ml). Los comprimidos no se deben partir ni masticar.
Duración del tratamiento: No tome este medicamento durante más tiempo de lo estrictamente necesario. Si se requiere un tratamiento repetido o prolongado con este medicamento (debido a la naturaleza o la gravedad del trastorno), se deberá mantener una vigilancia atenta y regular para evaluar si es necesario continuar con el tratamiento.
- Siempre que sea posible, deben introducirse pausas en el tratamiento durante el tratamiento a largo plazo.
- Si toma más Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain del que debe • Si ha tomado más comprimidos de lo que debiera, consulte inmediatamente con su médico o con el servicio de urgencias más cercano.
- En caso de sobredosis, puede sufrir náuseas (sensación de mareo), miosis (contracción de las pupilas), vómitos (sensación de mareo), anorexia (pérdida del apetito), dolor abdominal, colapso cardiovascular, trastornos del conocimiento, incluido coma, convulsiones y depresión respiratoria que puede causar parada respiratoria.
• Al cabo de 12 ó 48 horas desde la ingestión puede aparecer daño hepático. En la intoxicación grave, el fallo hepático puede derivar en enfermedad cerebral grave (encefalopatía), coma y muerte. Puede desarrollarse un fallo renal grave con necrosis tubular (destrucción de células), incluso en ausencia de daño hepático grave.
- Se han observado también arritmias cardiacas (frecuencia cardiaca irregular) y pancreatitis (inflamación del páncreas).
- En caso de sobredosis o ingestión accidental, consulte inmediatamente a su médico o farmacéutico o llame al Servicio de Información Toxicológica, teléfono 91 562 04 20, indicando el medicamento y la cantidad administrada.
Si olvidó tomar Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain Si olvidó tomar este medicamento, puede saltarse la dosis olvidada y continuar con el tratamiento de forma normal, o bien puede tomar el comprimido olvidado, pero tendrá que esperar un intervalo de 6 horas hasta la siguiente toma.
- No tome una dosis doble para compensar las dosis olvidadas.
- Si interrumpe el tratamiento con Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain No deje de tomar este medicamento sin consultarlo con su médico.
- No debe dejar de tomar de repente este medicamento a menos que se lo indique su médico.
- Si desea dejar de tomar su medicamento, hable primero con su médico, sobre todo si lo ha estado tomando durante mucho tiempo.
Su médico le informará cuándo y cómo interrumpirlo, lo que puede hacerse reduciendo la dosis gradualmente para reducir la probabilidad de sufrir efectos adversos innecesarios (síntomas de abstinencia). Si tiene cualquier otra duda sobre el uso de este medicamento, pregunte a su médico o farmacéutico.
Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran. Contacte con su médico inmediatamente si sufre cualquiera de esto efectos adversos graves: En casos raros, pueden aparecer erupciones cutáneas, indicativas de reacciones alérgicas, con hinchazón repentina de la cara y el cuello, dificultad para respirar o caída de la presión arterial y desmayo.
Si le ocurre esto, interrumpa el tratamiento. No debe volver a tomar este medicamento. El uso de tramadol/paracetamol junto con anticoagulantes (ej. fenprocumón, warfarina) puede producir hemorragias inesperadas y prolongadas. Los siguientes efectos adversos son muy frecuentes (pueden afectar a más de 1 de cada 10 personas): • vértigo, somnolencia, • sensación de mareo.
Los siguientes efectos adversos son frecuentes ( pueden afectar hasta a 1 de cada 10 personas ): • confusión, alteración del estado de ánimo (ansiedad, nerviosismo, sensación de sentirse “con el ánimo alto” todo el tiempo), trastornos del sueño, • dolor de cabeza, agitación, • vómitos (sensación de mareo), estreñimiento, boca seca, diarrea, dolor de estómago, indigestión, flatulencia, • sudoración, picores.
Los siguientes efectos adversos son poco frecuentes ( pueden afectar hasta a 1 de cada 100 personas ): • depresión, alucinaciones, pesadillas, pérdida de memoria, • contracciones musculares involuntarias, hormigueo o entumecimiento, zumbido en los oídos, • presión sanguínea alta, palpitaciones, frecuencia cardiaca rápida, frecuencia cardiaca irregular, • respiración trabajosa, • dificultad para tragar, heces con sangre, • aumento de las enzimas hepáticas (observado en los análisis de sangre), • reacciones cutáneas (p.
- Ej., erupción cutánea, urticaria), • proteínas en la orina, dificultad o dolor al orinar, • escalofríos, sofocos, dolor torácico.
- Los siguientes efectos adversos son raros ( pueden afectar hasta a 1 de cada 1.000 personas ): • alteración del apetito, debilidad motora y depresión respiratoria, • adicción, • falta de coordinación, ataques (convulsiones), • visión borrosa.
• pérdida transitoria de la consciencia (síncope), • contracción de la pupila (miosis), • trastornos del habla, • dilatación excesiva de la pupila (midriasis). Los siguientes efectos adversos son muy raros ( pueden afectar hasta a 1 de cada 10.000 personas ): • abuso, • ataques de pánico, ansiedad grave, alucinaciones, hormigueo o entumecimiento, zumbido en los oídos y síntomas poco comunes del sistema nervioso central (se producen como síntomas de abstinencia).
Se han notificado casos muy raros de reacciones cutáneas graves. La frecuencia de los siguientes efectos adversos no puede estimarse a partir de los datos disponibles: • hemorragias nasales o en las encías, que pueden ser consecuencia de un bajo recuento de plaquetas, • agranulocitosis (reducción grave del número de glóbulos blancos), • agitación, ansiedad, nerviosismo, trastornos del sueño, hiperactividad, escalofríos y síntomas gastrointestinales (se producen como síntomas de abstinencia), • cambios del estado de ánimo, cambios en la actividad, cambios en la percepción, • sensación de mareo al levantarse tras estar tumbado o sentado, • agravamiento del asma, • disminución del nivel de azúcar en la sangre.
Comunicación de efectos adversos Si experimenta cualquier tipo de efecto adverso, consulte a su médico o farmacéutico, incluso si se trata de posibles efectos adversos que no aparecen en este prospecto. También puede comunicarlos directamente a través del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano: www.notificaram.es,
- Mediante la comunicación de efectos adversos usted puede contribuir a proporcionar más información sobre la seguridad de este medicamento.
- Mantener este medicamento fuera de la vista y del alcance de los niños.
- No utilice este medicamento después de la fecha de caducidad que aparece en el blíster y en la caja después de CAD.
La fecha de caducidad es el último día del mes que se indica. No requiere condiciones especiales de conservación. Los medicamentos no se deben tirar por los desagües ni a la basura. Deposite los envases y los medicamentos que no necesita en el Punto SIGRE de la farmacia. Pregunte a su farmacéutico cómo deshacerse de los envases y de los medicamentos que ya no necesita. De esta forma, ayudará a proteger el medio ambiente. Composición de Tramadol/Paracetamol Aurovitas Spain • Los principios activos son: 37,5 mg de hidrocloruro de tramadol y 325 mg de paracetamol.
• Los demás componentes son: Núcleo del comprimido : almidón de maíz pregelatinizado, almidón de maíz, carboximetil almidón sódico (tipo A) de patata, celulosa microcristalina (Avicel PH 102), estearato de magnesio. Recubrimiento : Opadry amarillo 03K82345 (hipromelosa 6 cPs (E464), dióxido de titanio (E171), triacetina, óxido de hierro amarillo (E172)).
Aspecto del producto y contenido del envase Comprimido recubierto con película amarillo claro, alargado, biconvexo. Tamaños de envase: 2, 10, 20, 30, 40, 50, 60, 70, 80, 90 ó 100 comprimidos recubiertos con película acondicionados en blíster de PVC-PVdC/Aluminio o blíster de PVC/Aluminio.
- Titular de la autorización de comercialización y responsable de la fabricación Titular de la autorización de comercialización Aurovitas Spain, S.A.U. Avda.
- De Burgos, 16-D 28036 Madrid España Telf.: 91 630 86 45 Fax: 91 630 26 64 Responsable de la fabricación Tedec-Meiji Farma, S.A. Ctra.
- M-300, km.30,500 28802 Alcal á de Henares, Madrid España O MEDIS INTERNATIONAL a.s.
Výrobní závod Bolatice Prúmyslová 961/16 747 23 Bolatice República Checa Fecha de la última revisión de este prospecto: abril de 2020 La información detallada de este medicamento está disponible en la página web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ( http://www.aemps.gob.es/ ).
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¿Cómo se llaman los medicamentos que se emplean para tratar el dolor y además reducen la fiebre?
Revisión La fiebre es el principal motivo de consulta en las urgencias pediátricas y el segundo en atención primaria, después de la tos. Se produce como un mecanismo de defensa del organismo frente a agentes patógenos o como síntoma evidente de una enfermedad de fondo. La clínica y, sobre todo, las opciones de tratamiento de la fiebre son el objeto de este artículo. Los mecanismos fisiológicos que conducen a la fiebre no se han establecido de manera definitiva. No obstante, se acepta que la fiebre se inicia a partir de unos pirógenos exógenos de diversa índole, que se introducen al medio interno: tóxicos, bacterias, virus, hongos, etc. Estos agentes son fagocitados por las células del sistema mononuclear fagocítico (sistema reticuloendotelial) y por células circulantes (leucocitos y monocitos), ques sintetizan a través del sistema ARNm una serie de proteínas que inicialmente se consideraron como pirógenos endógenos y que actualmente se denominan citocinas e interleucinas. Estas proteínas son vertidas hacia la circulación y actúan a manera de «segundos mensajeros» en o cerca de las neuronas termorreguladoras del hipotálamo anterior. Esta interacción, a su vez, ocasiona la producción de prostaglandinas, particularmente PGE2, que, en última instancia, son la causa del aumento de la temperatura corporal. Éstas actúan sobre el centro termorregulador del hipotálamo elevando el punto de ajuste térmico, lo que se traduce en cambios de comportamiento y una serie de fenómenos periféricos que actúan sobre la producción de calor (contracción muscular) y la conservación de calor (vasoconstricción). Así, la fiebre suele estar asociada a unos síntomas inespecíficos, que causan en el paciente una sensación de malestar general, de gran variabilidad interindividual y también diferente en función de la enfermedad que la origine. Los síntomas más comunes son dolores de cabeza, dolores musculares generalizados o localizados en la región lumbar, dolores articulares y somnolencia. Los escalofríos se producen en muchas ocasiones con el ascenso de la temperatura y son el reflejo del esfuerzo del centro termorregulador por aumentar la temperatura corporal. La irritabilidad o el delirio aparecen con más frecuencia en personas mayores y las convulsiones febriles son típicas de los niños menores de 5 años. Además de las enfermedades infecciosas e inmunológicas (reacciones farmacológicas, sida, hemólisis, etc.), hay otras afecciones que en su sintomatología presentan un cuadro febril, entre ellas destacan la enfermedad inflamatoria intestinal, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, los trastornos granulomatosos, los procesos neoplásicos relacionados con el sistema linforreticular y hematopoyético y los asociados a procesos metastásicos, etc. No obstante, hay también algunos cuadros febriles todavía de origen desconocido. Hipertermia y enfermedad Las enfermedades asociadas a hipertermia son aquéllas en las que el pirógeno pasa al torrente sanguíneo con destrucción de glóbulos rojos, células musculares, pérdida de conocimiento, etc. y constituyen una urgencia médica. Es el caso de la meningitis o las fiebres hemorrágicas. La gripe, la faringoamigdalitis bacteriana y la fiebre tifoidea cursan con procesos febriles de 38-40 ºC. En cambio, la febrícula, de menor importancia, puede estar asociada a situaciones como el período menstrual, la práctica de ejercicio intenso, algunos estados catarrales, etc. Diversos autores coinciden en que, ante la febrícula, lo mejor es hacer un seguimiento y ver su evolución, puesto que en la mayoría de los casos no está motivada por una causa patológica y es autolimitada. Puede ser suficiente la utilización de medidas físicas. Evolución Es conveniente determinar la evolución de la temperatura mediante varias mediciones en el transcurso del día, así como evaluar si la fiebre es de reciente aparición o de evolución crónica. Hay fiebres que evolucionan en forma de dientes de sierra, con picos vespertinos, estando el paciente afebril por la mañana. Otras son más continuas y el paciente permanece con temperaturas elevadas. En este último grupo se enmarcan evoluciones febriles mantenidas con muy pocos cambios en la temperatura, u oscilantes, con altibajos en la temperatura sin que ésta llegue a ser normal. También puede haber una morfología errática sin un patrón claro. Respecto al tiempo de evolución, la aparición de la fiebre puede ser reciente o bien haber una anomalía en el comportamiento de la temperatura desde hace varios días o semanas. En el primer caso se trata de una fiebre aguda, mientras que en el segundo se habla de estados febriles crónicos. Una fiebre continua, de reciente aparición y que desaparece al cabo de unos días es frecuente en procesos infecciosos agudos. Una evolución crónica de la temperatura con un comportamiento oscilante pero continuo es más frecuente en procesos autoinmunes o infecciosos crónicos. Temperatura corporal Aunque hace más de 100 años que se conoce que la temperatura normal del cuerpo humano es de 36-37 °C, lo cierto es que hay numerosas oscilaciones alrededor de esta temperatura que son normales. Habitualmente la temperatura basal sigue un ritmo circadiano: es algo más baja a primera hora del día (en torno a las 6 h de la mañana) y alcanza su máximo entre las 4 y las 6 de la tarde (>0,5 ºC). A esas horas, temperaturas de hasta 37,5 ºC pueden ser perfectamente normales. Además, la actividad física influye en la temperatura, por lo que se debe medir tras un tiempo de reposo de 30 min. También pueden darse variaciones normales de la temperatura en las distintas estaciones del año o entre las dos fases del ciclo menstrual en la mujer. Asimismo, la temperatura normal cambia con la edad. El termómetro digital ha desplazado al de mercurio como instrumento para registrar la temperatura en los niños con fiebre, a pesar de que algunos estudios apuntan la mayor precisión de estos últimos. El lugar de registro preferido de la temperatura es la axila, aunque en un tercio de los lactantes la temperatura se registra en el recto. En situaciones en que la medición de la temperatura debe ser precisa, es preferible registrar la temperatura en el recto. Tenemos que diferenciar entre febrícula, fiebre e hipertermia. Se considera temperatura normal la que oscila entre 36 y 37,4 ºC cuando se mide en la axila por la tarde-noche; febrícula, la que comprende entre los 37,4 y los 38 ºC, y fiebre, la que se sitúa por encima de 38 ºC en la axila. Algunos autores consideran que el límite de la fiebre se sitúa por encima de 38 ºC medidos en el recto (la temperatura axilar es 0,8-1 ºC inferior a la rectal), ya que esta medición es la que mejor se relaciona con la temperatura central. Cuando la temperatura se sitúa entre 38 y 39 ºC se habla de hipertermia moderada; entre 39 y 40,4 ºC, de hipertermia elevada, y si supera los 40,5 ºC, se considera una hipertermia grave o maligna. Tratamiento de la fiebre Actualmente, el tratamiento de la fiebre es una cuestión controvertida. No queda claro a partir de qué valor de temperatura, ni en qué pacientes estaría justificado su tratamiento. Si bien es cierto que en algunas ocasiones la fiebre puede representar una seria amenaza de producir hipermetabolismo (el riesgo aumenta un 12% por cada grado centígrado de temperatura), trastornos hidroelectrolíticos (aumenta los requerimientos hídricos en 2 ml/kg/día) y daños neurológicos, en realidad el estado febril no es perjudicial para el organismo; mejora la respuesta defensiva de éste frente a la infección y no interfiere con la mayoría de las funciones corporales a menos que se alcancen temperaturas superiores a los 41 ºC, que, éstas sí, pueden provocar convulsiones e incluso daño cerebral si son de larga duración. La terapia antipirética puede enmascarar los síntomas típicos del desarrollo de una enfermedad, retardar el diagnóstico y, por tanto, la terapia causal. La decisión de tratar la fiebre no debe ser práctica de rutina. Para manejar la fiebre adecuadamente es indispensable conocer sus causas, su fisiopatología, sus características clínicas, etc. Se debe evitar el error de tratarla antes de entenderla. Por supuesto, también hay que tener siempre en cuenta que fiebre no es sinónimo de antibióticoterapia. En general, la fiebre se debe tratar cuando causa un importante malestar subjetivo al paciente y/o constituye por sí misma un riesgo cierto o posible, así como cuando el beneficio de los fármacos antipiréticos sea mayor que sus potenciales efectos adversos. Una de las razones que justifican tratar la fiebre, como ya se ha mencionado, es combatir las infecciones y mejorar el bienestar del paciente (aliviar síntomas como rigidez, escalofríos, cefalea, irritabilidad y anorexia). Otra razón para tratar la fiebre es prevenir las complicaciones asociadas. Esto está indicado en pacientes con deshidratación, malnutrición y reservas metabólicas con rendimiento mínimo. Los antipiréticos no previenen las convulsiones febriles pero sí disminuyen la letargia y las alucinaciones. No hay pruebas de que la fiebre inferior a 41 ºC cause daño neurológico incluso en lactantes pequeños. De todas formas, en los niños menores de 2 años, ancianos, embarazadas o mujeres en período de lactancia (grupos en los que las consecuencias de la fiebre pueden ser graves), debe ser un especialista el que analice las causas y la evolución del enfermo, así como su tratamiento. Tratamiento no farmacológico de la fiebre Los medios físicos para el tratamiento de la fiebre son usados frecuentemente, aunque su eficacia es cuestionable. No hay un criterio uniforme sobre la temperatura a partir de la cual se deben utilizar. Se recomienda: Aligerar la ropa y mantener la habitación a 20 ºC aproximadamente. Para evitar que el enfermo tenga escalofríos, se puede usar una manta ligera. Mantener una adecuada hidratación para compensar las pérdidas hídricas: agua azucarada, zumo de frutas, etc. Los baños pueden ser recomendables durante 10-20 min a temperatura templada, varios grados por debajo de la temperatura corporal (32 ºC). Así se consigue bajar rápidamente la temperatura, pero de forma transitoria. Nunca se debe utilizar agua fría o hielo, ya que se puede producir una marcada vasoconstricción y, además, la sensación periférica de rápido enfriamiento puede originar escalofríos, lo que incrementa la producción de calor y, por ende, aumentará la temperatura corporal. Por esto se recomiendan baños tibios y la ingesta abundante de líquidos frescos. La asociación de baños con agua tibia y fármacos antipiréticos es recomendable en pacientes con fiebre elevada (superior a 40 ºC), convulsiones febriles y afecciones neurológicas, en casos de shock séptico y en todas aquellas alteraciones en que la infección sea considerable, se asocie algún grado de deshidratación o haya intolerancia a los fármacos. Se pueden aplicar paños o esponjas con agua tibia (32 ºC), nunca fría. Las friegas de alcohol son contraproducentes. Si aparecen convulsiones febriles en el niño, se debe evitar que sufra heridas accidentales y prevenir el ahogo. Debe colocarse al niño en una superficie segura y de lado o sobre su estómago. No poner ningún objeto en la boca. Hay que controlar el tiempo que dura la convulsión y si se prolonga más de 10 min se debe llamar a una ambulancia (se suele controlar con la administración rectal de 0,2-0,5 mg/kg de diazepam). Una vez finalizada la convulsión se debe acudir al médico. La efectividad de los medios físicos asociados al uso de antitérmicos varía según el estudio que se consulte: algunos consideran que no hay beneficio y otros señalan que esta asociación sí ayuda a bajar la temperatura. Tratamiento farmacológico de la fiebre Los medicamentos de elección para combatir los estados febriles son fármacos antitérmicos, entre los que destacan el ácido acetilsalicílico, el paracetamol y el ibuprofeno, también indicados para tratar los dolores asociados a la fiebre. Estos fármacos se pueden encontrar solos o asociados a otros principios activos. Actúan inhibiendo la síntesis de prostaglandinas, normalizando así la función del centro de control de la temperatura hipotalámico. Su utilización suele hacerse sin consulta médica y forman parte de la mayoría de los botiquines caseros. A pesar de ser fármacos relativamente seguros, no están exentos de efectos secundarios y constituyen la primera causa de intoxicación accidental en la infancia. Su uso debe ceñirse a las recomendaciones del prospecto, con atención especial a las interacciones con otros fármacos y a la dosificación o uso restrictivo cuando se tienen problemas renales y hepáticos. Salicilatos Los salicilatos, como el ácido acetilsalicílico, son analgésicos no opiáceos con actividad antiinflamatoria, antipirética y antiagregante plaquetaria. Se comenzaron a usar en el siglo xix, como el paracetamol. Tras su administración por vía oral, la dosis se absorbe rápidamente a través del tubo gastrointestinal; la absorción por vía rectal es menos fiable, pero los supositorios son útiles en pacientes que no pueden tomar formas orales. El ácido acetilsalicílico se administra para el tratamiento del dolor leve o moderado, como cefaleas, crisis agudas de migraña, dolor musculosquelético transitorio y dismenorrea, así como para reducir la fiebre. Las dosis terapéuticas se encuentran entre 10-15 mg/kg/dosis cada 4 h. El ácido acetilsalicílico ha sido hasta hace pocos años el fármaco antipirético más empleado, aunque debido a sus efectos secundarios, ha cedido terreno al paracetamol y al ibuprofeno. Algunos pacientes tratados con ácido acetilsalicílico presentan alteraciones gastrointestinales, reacciones de hipersensibilidad y alteraciones de la función plaquetaria. También puede dar lugar a toxicidad renal y hepática con dosis elevada, y asma bronquial. Los niveles de toxicidad se encuentran entre los 30-35 mg/dl, y ésta se manifiesta con vómitos, diarreas, alteraciones hidroelectrolíticas y acidosis metabólica. Los salicilatos se deben utilizar a dosis bajas, ya que pueden alcanzar altas concentraciones hemolíticas, en pacientes afectados de insuficiencia renal, hipoalbuminemia y acidosis respiratoria y metabólica. Además, su ingesta en determinados casos está relacionada con el síndrome de Reye, que suele afectar a menores de 15 años, por lo que algunos médicos no recomiendan su administración en enfermedades virales como influenza, herpes zoster, o en cuadros febriles de origen desconocido en este grupo de población, para evitar riesgos. No obstante, algunos estudios han evidenciado una disminución de la incidencia del síndrome de Reye no paralela a la disminución del consumo de ácido acetilsalicílico, por lo que las causas que originan esta afección están todavía por confirmar. Los salicilatos interfieren en la absorción y el metabolismo del paracetamol, por lo que no se deben administrar en asociación con este último, por el incremento de riesgo de efectos colaterales. Otro antiinflamatorio derivado con capacidad para disminuir la temperatura es el acetilsalicilato de lisina. En los niños, los antipiréticos deben emplearse para mejorar el estado general, más que para bajar la fiebre a toda costa Aminofenoles El paracetamol se empezó a utilizar en 1960. Tiene una eficacia analgésica y antipirética similar a la del ácido acetilsalicílico. Actúa directamente en los centros hipotalámicos de producción de calor (centro termorregulador) inhibiendo los pirógenos endógenos y, por tanto, la síntesis de prostaglandinas en el sistema nervioso central, pero no actúa en tejidos periféricos. Esto explica que el paracetamol sea un analgésico no opiáceo con escasa o nula actividad antiinflamatoria. Sin embargo, es útil en el tratamiento de la artrosis, en la que el componente inflamatorio es mínimo. Está indicado en el tratamiento del dolor leve o moderado: cefaleas, fiebre e incluso en la pirexia postinmunización. Está especialmente indicado en pacientes que no deben tomar salicilatos u otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como los asmáticos, las personas con antecedentes de úlcera péptica o los niños menores de 16 años (para evitar el riesgo de síndrome de Reye). En general, es preferible al ácido acetilsalicílico, sobre todo en las personas de edad avanzada, porque produce menor irritación gástrica. La dosis dependerá de la edad y la gravedad del cuadro febril. La dosis terapéutica es de 10-15 mg/kg/dosis cada 4-6 h y no se debe exceder los 4 g/día. Su efecto dura alrededor de 9 h. A dosis habituales, los efectos adversos son raros, pero una sobredosificación con una sola dosis de 10-15 g o la administración de forma rutinaria elevan el peligro de intoxicación, pudiendo producir necrosis hepatocelular y, con menor frecuencia, necrosis tubular renal. Presenta mejor biodisponibilidad por vía oral que por vía rectal, su metabolismo se realiza en el hígado y su eliminación es renal. El paracetamol es el antipirético recomendado en las infecciones respiratorias agudas por la Organización Mundial de la Salud, ya que la temperatura corporal disminuye en 60 a 90 min después de su administración. Produce un descenso de la temperatura alta, aunque el enfermo puede no quedar totalmente afebril. Es más eficaz en los niños pequeños. Derivados del ácido propiónico Entre los medicamentos no esteroideos con propiedades antiinflamatorias y antipiréticas figuran el ibuprofeno, el naproxeno y el ketorolaco (no se recomienda en menores de 16 años). Presentan más efectos colaterales que el paracetamol, pero producen menos irritación gástrica que los salicilatos. Entre sus efectos adversos cabe citar: cefalea, depresión, ambliopía tóxica, trombocitopenia, toxicidad e insuficiencia renal. Pueden producir daño hepático con elevación de enzimas. Ocasionan pocos efectos gastrointestinales (epigastralgia, náuseas y dispepsia). El ibuprofeno es un inhibidor de la ciclooxigenasa no selectivo y actúa inhibiendo la adherencia y agregación de neutrófilos. En dosis altas disminuye la producción de citocinas y liberación de enzimas lisosomales. El ibuprofeno también se utiliza para aliviar el dolor y la fiebre en niños. Hay muchos estudios que demuestran su eficacia y es una alternativa en niños en quienes no se obtiene el efecto antipirético deseado utilizando paracetamol. Últimamente se ha convertido en el antitérmico de elección en el tratamiento de los niños mayores de 5 años, ya que algunos estudios muestran que es más eficaz que el paracetamol. La mayor utilización de paracetamol en menores de 1 año podría estar en relación con el hecho de que no esté completamente establecida la seguridad del ibuprofeno en menores de 6 meses y, de hecho, en la ficha técnica se recomienda no administrarlo en menores de 3 meses. Es útil también para tratar la fiebre en pacientes neoplásicos, aunque se plantea que la mejor elección para estos casos sería el uso de antagonistas de las citocinas. En dosis únicas, los antiinflamatorios no esteroideos presentan una actividad analgésica comparable a la del paracetamol. A una dosis completa regular, tienen un efecto analgésico y antiinflamatorio duradero, por lo que están indicados en el dolor continuo y regular secundario a inflamación. Las diferencias de actividad antiinflamatoria entre los diferentes AINE son pequeñas, pero existe una gran variabilidad en la respuesta de cada paciente y en la incidencia y el tipo de efectos adversos. El ibuprofeno produce menos efectos adversos que otros AINE, pero sus propiedades antiinflamatorias son más débiles. La dosis de 10 mg/kg de ibuprofeno ha mostrado un inicio de acción más rápido y una mayor potencia antipirética que la dosis de 10 mg/kg de paracetamol. El tratamiento de la fiebre con ibuprofeno y paracetamol es seguro y eficaz cuando ambos antitérmicos se administran por separado. A pesar de ello, una práctica muy extendida es tratar el proceso febril en niños con ambos fármacos, alternados cada 3-4 h, sin conocer si esta pauta es más eficaz o si produce una mayor incidencia de efectos adversos. Sin embargo, la alternancia de los antitérmicos favorece el fenómeno de fiebre-fobia, la aparición de efectos secundarios de los fármacos y la posibilidad de errores de dosificación. El conocimiento del perfil de efectos terapéuticos y adversos de un fármaco es condición indispensable para su uso racional, individualizado y efectivo Pirazolonas El metamizol (dipirona) es un derivado pirazolónico muy soluble en agua que se hidroliza rápidamente a diversos metabolitos, 2 de ellos activos: 4-metil-amino-antipirina (MAA) y 4-amino-antipirina (AA). El metamizol es un fármaco que tiene un efecto antitérmico importante. El efecto antipirético se atribuye al MAA, aunque metamizol y AA también presentan dicha acción en menor grado. Se absorbe en forma rápida por la vía oral, intramuscular y rectal. El tiempo de respuesta inicial tras su administración oral en el proceso febril es 30 min-1 h. Produce una sudoración intensa que en ocasiones, y en personas predispuestas, puede producir un descenso de la presión arterial. A diferencia de otros analgésicos no opiáceos que actúan sobre la síntesis de prostaglandinas, el metamizol no produce efectos gastrolesivos significativos. No está recomendado actualmente por reacciones de hipersensibilidad tóxicoalérgicas de tipo urticaria y shock, alteraciones del metabolismo neuronal, leucopenia, agranulocitosis y anemia aplásica. En Estados Unidos la FDA lo retiró del mercado en 1979 y Alemania lo hizo en 1981 por el riesgo de depresión de la medula ósea, especialmente con el uso prolongado. La frecuencia de agranulocitosis varía desde 1 caso por 3.000 dosis a 1,1 por 1.000.000 dosis. En todo el mundo se han registrado 7.000 casos de asociación entre metamizol y agranulocitosis. Por ser una sal magnésica, posee un efecto positivo sobre el dolor provocado por espasmos de órganos huecos. www.doymafarma.com Material complementario para suscriptores FICHAS DE EDUCACIÓN SANITARIA 2 Fichas descargables: • La temperatura rectal • La temperatura axilar Personalizables con el logotipo de su farmacia para entregar como cortesía a sus clientes Bibliografía de consulta a texto completo en www.doymafarma.com • Alcibar J, Gómez S, Vitoria Y, Jiménez A, Peña N, Oñate A, Cabrera A, Martínez P. Antitérmicos en pediatría. An Pediatr Contin.2006;4:115-24. • Rodríguez A, Astobiza E, González M, Azkunaga B, Benito J, Mintegi S. Cambios de los hábitos poblacionales en el tratamiento de la fiebre en la infancia. An Pediatr (Barc).2006;64:497-8. Bibliografía general Buñuel JC, Cortés RB. En niños ingresados con fiebre y tratados con una dosis de ibuprofeno, la administración de paracetamol 4 horas después reduce la presencia de fiebre a las 6-8 horas, sin poder determinarse la seguridad de dicha intervención. Evid Pediatr.2006;2:19. Carabaño I, Jiménez I, López-Cerón M, Calvo I, Pello AM, Balugo P, et al. Eficacia de ibuprofeno y paracetamol como antitérmicos. An Pediatr (Barc).2005;62:117-22. Mayoral CE, Marino RV, Rosenfeld W, Greensher J. Alternating antipyretics: is this an alternative? Pediatrics.2000;105:1009-12. Perrott DA, Piira T, Goodenough B, Champion GD. Efficacy and safety of acetaminophen vs. ibuprofen for treating children’s pain or fever: a meta-analysis. Arch Pediatr Adolesc Med.2004; 158: 521-6. Powell KR. Fiebre sin foco infeccioso evidente. En: Behrman RE, Kliegman RM, Arvin AM, eds. Nelson Tratado de Pediatría. Madrid. Mc Graw-Hill; 1998. pp.874-81.
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¿Qué son los medicamentos llamados AINEs?
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) constituyen un grupo farmacológico, químicamente heterogéneo y ampliamente utilizado, no solo en el tratamiento de patologías del aparato locomotor (artrosis, artritis reumatoide, trastornos músculoesqueléticos), sino también en otras indicaciones terapéuticas (fiebre,
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